En el proceso de replicación de los virus de la influenza, la proteína M2 juega un papel crucial. Como poro de virión selectivo de protones, la proteína M2 se encuentra en la envoltura viral del virus de la influenza A. Este canal es un homotetrámero compuesto por cuatro unidades M2 idénticas y se activa en un entorno de pH bajo.
La proteína M2 puede formar poros a través de una estructura helicoidal estabilizada por enlaces disulfuro. Esta característica le permite conducir protones de manera efectiva.
La unidad proteica M2 del virus de la influenza A consta de 97 residuos de aminoácidos y se divide en tres partes: el dominio N-terminal externo, el segmento transmembrana y el dominio C-terminal interno. El segmento transmembrana forma el poro del canal iónico y es crucial para la conducción de iones de hidrógeno. Importantes residuos de aminoácidos como His37 (sensor de pH) y Trp41 (puerta) desempeñan un papel importante en este proceso.
El canal M2 es altamente selectivo para los protones y su funcionamiento depende de un entorno de pH bajo. El residuo de aminoácido His37 es responsable de esta función de selectividad de protones y regulación del pH. Cuando His37 se reemplaza por otros aminoácidos, se pierde la actividad selectiva de protones y el canal puede transportar iones de sodio y potasio.
La proteína del canal M2 es un componente importante de la envoltura viral y puede formar un canal de conducción de protones regulado por pH altamente selectivo. Mantiene el pH durante la entrada del virus a las células huésped y en la membrana de las células infectadas.
El medicamento contra el virus de la influenza amentadina es un medicamento que bloquea específicamente el canal M2 H+. Al unirse dentro del canal, previene la conducción normal de protones. Con el tiempo, el virus desarrolla resistencia a estos medicamentos, lo que significa que los tratamientos actuales enfrentan nuevos desafíos.
Los virus de la influenza B y la influenza C también codifican las proteínas BM2 y CM2 con funciones similares. Aunque no son muy similares a M2 en secuencia, tienen similitudes en estructura y mecanismo.
Especialmente, BM2 es completamente insensible a la amantadina y la rimantadina, lo que muestra la singularidad evolutiva del virus de la influenza B.
El funcionamiento de la proteína M2 muestra cómo el canal cambia en circunstancias específicas para facilitar el ciclo de vida del virus de la influenza y cómo infecta a su huésped. Comprender estos procesos no sólo es importante para la investigación virológica, sino que también ayuda a desarrollar nuevos tratamientos antivirales. En futuras investigaciones, frente a estos desafíos, ¿cómo podemos interpretar de manera integral la diversidad y adaptabilidad de los virus?