El Entrenamiento de Integración Auditiva (AIT) es un método de tratamiento iniciado por el médico francés Guy Bérard. Promueve la AIT como solución para la depresión clínica y las tendencias suicidas, al tiempo que afirma haber tenido resultados muy positivos en la solución de los problemas de dislexia y autismo. Sin embargo, estas afirmaciones carecen de suficiente apoyo empírico. La AIT normalmente implica 20 sesiones de media hora durante diez días, durante las cuales los pacientes escuchan música especialmente filtrada y modulada. Esta tecnología se utilizó por primera vez para tratar el autismo a principios de la década de 1990, pero sigue siendo en gran medida experimental y no puede estar respaldada por estándares científicos.
"Aunque la AIT tiene muchos partidarios, la comunidad científica todavía tiene grandes dudas sobre su eficacia."
Desde la perspectiva del proceso de formación, el propósito de AIT es resolver la distorsión auditiva y las reacciones alérgicas que las personas encuentran durante el proceso de percepción. Particularmente entre las personas con problemas de aprendizaje, incluidas aquellas en el espectro del autismo, estas hipersensibilidades sensoriales pueden causar incomodidad y confusión, obstaculizando su capacidad para concentrarse, comprender y aprender. Por lo tanto, el entrenamiento AIT generalmente requiere que los niños asistan a dos sesiones de 30 minutos al día durante diez días. Las sesiones constan de música filtrada que cubre una amplia gama de frecuencias y se adapta individualmente a las necesidades de cada niño.
"Actualmente, la FDA no ha aprobado ningún dispositivo AIT para su comercialización como dispositivo médico".
En cuanto a la seguridad del AIT, una evaluación exhaustiva muestra que el AIT no cumple con estándares científicos suficientes. Las evaluaciones de la AIT realizadas por múltiples organizaciones profesionales en los Estados Unidos indicaron que debería considerarse un procedimiento experimental y trabajar en conjunto para promover la conciencia entre las familias de los pacientes sobre su eficacia. El Departamento de Salud Pública del Estado de Nueva York concluyó que la AIT no demostró una eficacia satisfactoria y recomendó que no se utilice para tratar a niños con autismo. Vale la pena señalar que los círculos médicos y de atención sanitaria de Taiwán también tienden a tener una visión conservadora de la AIT y no la han incluido como una opción médica formal.
El libro de Guy Bérard "Audition Égale Compportement" fue el primer libro que presentó AIT. Más tarde, "El sonido de un milagro" escrito por Annabel Stehli hizo famoso a AIT en el mundo de habla inglesa cuando el libro describió a su hija. , una niña autista que recibió tratamiento AIT, generó una gran cantidad de seguidores. En 1994, más de 10.000 niños y adultos en los Estados Unidos habían recibido esta capacitación. El costo osciló entre aproximadamente 1.000 y 1.300 dólares estadounidenses, y la AIT se ha convertido en una industria de mil millones de dólares.
"Muchos profesionales de la AIT incluyen logopedas, audiólogos, terapeutas ocupacionales, etc., pero actualmente no existen requisitos de formación profesional específicos."
Durante el desarrollo de la AIT, la investigación del otorrinolaringólogo francés Alfred Tomatis también tuvo un profundo impacto. Tomatis descubrió la estrecha conexión entre la audición y el lenguaje. Toda la teoría de la estimulación auditiva que propuso defendía que el cerebro tiene la capacidad de volver a entrenarse, de modo que un entorno auditivo sano puede ayudar a mejorar la capacidad lingüística de un individuo. Aunque los estudios iniciales brindaron cierta esperanza, los estudios controlados a gran escala posteriores no lograron respaldar la efectividad de la AIT, lo que generó desafíos cada vez mayores para la tecnología.
Las revisiones sistemáticas actuales no proporcionan evidencia suficiente para respaldar la eficacia de la AIT. Aunque los informes no mostraron efectos adversos significativos, las organizaciones profesionales sugieren que la AIT debería considerarse un tratamiento experimental que requiere más estudios. Esto ha limitado el uso de la AIT en el tratamiento del autismo y no se ha convertido en un método de tratamiento clínico estándar. Dado que la comunidad médica concede gran importancia a la evidencia de la investigación científica, ¿es posible que en el futuro surjan estudios nuevos y más convincentes que respalden o refuten esta tecnología?