En la era digital actual, las redes sociales se han convertido en una parte integral de nuestra vida diaria. Las redes sociales ya no se limitan a la vida personal, sino que se han convertido en una herramienta importante para influir en la toma de decisiones políticas. La ciudadanía digital contemporánea que participa en la política a través de las redes sociales no sólo ha cambiado la forma en que se transmite la información, sino también la forma en que entendemos la democracia.
Los ciudadanos digitales son aquellos que utilizan Internet de forma regular y efectiva, lo que les permite participar activamente en la sociedad, la política y el gobierno.La ciudadanía digital se define no sólo como la capacidad de utilizar la tecnología, sino también como la capacidad de conectarse y colaborar entre sí. En este contexto, los ciudadanos digitales deberían tener los siguientes principios básicos:
Al mismo tiempo, en el contexto de la “sociedad algorítmica”, el concepto de ciudadanía digital también está evolucionando. Lo que se enfatiza aquí es que el espacio digital no es sólo un lugar para el intercambio de información, sino también un escenario para la acción política. En este contexto, el comportamiento digital se convierte en un medio importante para que los ciudadanos definan sus propios roles en la sociedad. Por supuesto, esto requiere que los ciudadanos puedan salvaguardar sus derechos, incluida la protección de la privacidad y de los datos.
En la "sociedad algorítmica", el papel de los ciudadanos digitales es desafiar, evitar o regular sus propias imágenes de datos en esta sociedad digitalizada.
Sin embargo, la participación digital puede dividirse en dos etapas principales: primero, la difusión de información, y segundo, la deliberación ciudadana. El primero incluye la difusión de información estática y dinámica. En la situación estática, los ciudadanos sólo reciben información de fuentes confiables, mientras que en el proceso dinámico, los ciudadanos pueden comunicarse a través de plataformas interactivas mediante preguntas y respuestas. Además, la fase de deliberación ciudadana permite a los individuos pensar en cómo promover cambios de políticas.
Las redes sociales ofrecen oportunidades sin precedentes para mejorar la participación política. Por ejemplo, la comunicación directa con el gobierno a través de las redes sociales no sólo aumenta la participación ciudadana sino que también promueve la inclusión social. Sin embargo, este modelo de participación digital también conlleva desafíos, como el efecto de "burbuja de filtro de información", en el que los internautas son fácilmente influenciados por información falsa, lo que a su vez afecta la votación y otras decisiones importantes.
No sólo la comprensión de la tecnología digital aún es vaga, sino que la falta de una vida democrática inclusiva también hace que ciertos grupos sean más vulnerables a ser ignorados en la participación digital.
Los países en desarrollo también enfrentan diferentes desafíos en el concepto de ciudadanía digital, y la falta de tecnología a menudo conduce a la desconexión social. Tomemos como ejemplo el caso de Ushahidi en Kenia: no sólo es una herramienta para los movimientos sociales, sino que también ayuda a la gente a alzar la voz frente a la vigilancia y la opresión. Además, la implementación del programa E-Residency en Estonia demuestra cómo se puede utilizar la tecnología digital para promover la participación económica y política.
Sin embargo, no todos los países tienen una política electrónica tan desarrollada como la de Estonia, y otros países a menudo tienen que superar barreras legales, sociales y técnicas cuando lanzan programas similares. El desarrollo de la tecnología digital no sólo debe considerar los beneficios económicos, sino también proteger la privacidad y la seguridad de los ciudadanos, especialmente en el actual entorno de datos altamente sensibles.
En resumen, la importancia de la ciudadanía digital radica en que no sólo afecta al comportamiento individual, sino también al desarrollo general de la sociedad y al funcionamiento del sistema democrático. Con el avance de la tecnología digital y la popularidad de las redes sociales, cómo dar forma sabiamente a nuestra identidad digital como ciudadanos se convertirá en un desafío clave para la participación política y la vida social futuras. ¿Nos estamos preparando para un futuro de ciudadanía digital?