En el siglo XXI, con los avances médicos y el aumento de pacientes con enfermedades del sistema inmunológico, la levadura N. glabratus ha recibido gradualmente más y más atención. N. glabratus alguna vez fue conocida como Candida glabrata, y aunque su ciclo de reproducción sexual no ha sido documentado hasta la fecha, la presencia de múltiples cepas de tipo par la hace algo adaptable al entorno comensal humano. Esta levadura se encuentra comúnmente en el tejido mucoso humano, pero en personas con sistemas inmunológicos comprometidos, su papel como patógeno oportunista se vuelve cada vez más evidente, convirtiéndose en la segunda o tercera causa más común de diversas infecciones.
Las infecciones causadas por N. glabratus pueden afectar el tracto genitourinario e incluso causar infección sistémica (candidemia) al ingresar al torrente sanguíneo, especialmente en pacientes inmunodeprimidos. La importancia clínica de esta levadura es cada vez más reconocida, especialmente en infecciones adquiridas en hospitales, no sólo por su alta resistencia antifúngica inherente sino también por su potencial agente causal.
La resistencia inherente de N. glabratus a los fármacos antimicóticos lo convierte en un gran desafío en el tratamiento, especialmente la creciente resistencia a los fármacos triazol comunes.
El crecimiento de N. glabratus en entornos médicos está estrechamente relacionado con su importante resistencia a los medicamentos, especialmente a los triazoles. Además de su resistencia inherente a los fármacos antimicóticos, esta levadura posee una variedad de factores patógenos potenciales. Uno de ellos es la expresión de factores de adhesión. Estos genes se ubican principalmente en las regiones subterminales de los cromosomas y están altamente activados por señales ambientales, lo que les permite adherirse a superficies bióticas y abióticas.
La formación de biopelículas de N. glabratus lo hace más resistente a los fármacos antifúngicos, por lo que los tratamientos antifúngicos convencionales suelen fracasar ante este patógeno.
Para las infecciones vaginales no causadas por Candida, los métodos de cultivo se consideran una forma efectiva de identificarlas, pero las pruebas de orina son relativamente menos precisas. Aunque los cultivos tardan varios días en proliferar, una vez que se aísla la levadura, la identificación es relativamente rápida. El diagnóstico de enfermedades de la piel suele ser difícil porque los resultados de los cultivos de hisopos y biopsias pueden parecer negativos y requerir pruebas especiales. N. glabratus figura en la base de datos de "enfermedades raras" de los Institutos Nacionales de Salud, y su patogenicidad, en comparación con otras especies de Candida, ha puesto de relieve cada vez más el problema de la resistencia a los medicamentos.
Un importante factor fenotípico y potencialmente patógeno de N. glabratus es su bajo nivel de resistencia intrínseca a los antifúngicos triazol comunes. Incluso los medicamentos antimicóticos como el fluconazol y el ketoconazol sólo son eficaces en el tratamiento de N. glabratus en el 15-20% de los casos. Aunque es relativamente sensible a los fármacos poliénicos (como la anfotericina B y la flucitosina), los efectos secundarios de algunos fármacos limitan su aplicación clínica. La primera opción para tratar las infecciones vaginales puede ser un tratamiento de siete días con crema de terconazol, pero la eficacia es sólo del 40% y las recurrencias son bastante comunes.
N. glabratus tiene profundas conexiones evolutivas con otras levaduras. Se informa que está más estrechamente relacionado con el género de levadura Saccharomyces cerevisiae, lo que muestra su similitud biológica. Sin embargo, la frecuente recombinación del genoma de N. glabratus le confiere una mayor capacidad para sobrevivir en entornos estresantes. Algunos estudiosos creen que esto está relacionado con su potencial patógeno.
Después de discutir la resistencia a los medicamentos y la patogenicidad de N. glabratus, no solo debemos prestar atención a su resistencia a los medicamentos antifúngicos existentes, sino también pensar en los mecanismos biológicos y procesos evolutivos más profundos.
Ante el desafío de la resistencia a los medicamentos en N. glabratus, la comunidad científica necesita continuar la exploración y la investigación para encontrar soluciones más efectivas. En esta competencia por medicamentos antimicóticos, ¿podremos encontrar una estrategia eficaz contra N. glabratus para proteger la salud y la seguridad de los pacientes?