En el entorno sanitario actual, muchos gérmenes cotidianos se subestiman en diversos grados. Entre ellos, Nakaseomyces glabratus (antes conocida como Candida glabrata) está emergiendo como una amenaza que requiere atención urgente. Aunque esta levadura haploide no tiene un ciclo reproductivo sexual conocido, las cepas bisexuales son comunes en el medio ambiente. Es increíble que esta levadura, que normalmente es un microorganismo comensal en humanos sanos, pueda causar infecciones graves en individuos inmunodeprimidos.
En la era actual de inmunodeficiencia humana generalizada,
N. glabratus
se ha convertido en uno de los patógenos oportunistas más comunes, representando aproximadamente el 15-20% de las infecciones por Candida.
Es más probable que esta levadura se manifieste en la uretra y la vagina infectadas y, en casos agresivos, N. glabratus
puede ingresar al torrente sanguíneo y causar una infección sistémica, lo cual es crítico para Es especialmente peligroso para Pacientes con sistemas inmunes deprimidos. Esto demuestra aún más la importancia de esta cepa en los entornos hospitalarios y los desafíos que plantea para el control de enfermedades infecciosas.
N. glabratus
es su resistencia natural a los fármacos antimicóticos, especialmente a los azoles nitrogenados. Esto reduce significativamente la eficacia de muchos tratamientos antimicóticos comúnmente utilizados contra ellos, lo que plantea nuevos desafíos para el diagnóstico y el tratamiento clínicos.
A medida que aumenta la resistencia a los antimicóticos, las tasas de resistencia de
N. glabratus
a tratamientos comunes como el fluconazol continúan aumentando, lo que deja pocos medicamentos antimicóticos costosos y tóxicos disponibles.
Diagnosticar una infección por N. glabratus
no es sencillo. En las infecciones vaginales no albicans, el cultivo es un método eficaz, pero el análisis de orina no es muy preciso. La confirmación de esta levadura generalmente requiere varios días de cultivo, pero una vez aislada se puede identificar rápidamente. Al mismo tiempo, el diagnóstico de enfermedades de la piel es relativamente complejo y requiere una evaluación profesional para confirmarlo.
Las opciones antimicóticas para el tratamiento de N. glabratus
son bastante limitadas. Aunque tiene una resistencia inherente de bajo nivel a la mayoría de los fármacos azólicos, sigue siendo relativamente vulnerable a ciertos tratamientos, como los polienos. El tratamiento antimicótico se puede realizar mediante el uso de medicamentos como el sulfametoxazol, pero se deben considerar cuidadosamente los posibles efectos secundarios.
Aunque medicamentos como las sulfonamidas son el colmo, pueden causar problemas como insuficiencia renal crónica y no son adecuados para todos los pacientes.
Cabe destacar que la eficacia de los supositorios vaginales de sulfonilo en el tratamiento ha sido cada vez más reconocida y, cuando se utilizan en combinación con otros medicamentos antimicóticos como las cápsulas de ácido bórico, se han convertido en una de las opciones de primera línea para tratar las infecciones vaginales.
Genes y desarrollo de sistemas La relación filogenética deN. glabratus
con otras levaduras como Saccharomyces cerevisiae
la ubica dentro del grupo Nakaseomyces. Según estudios filogenéticos, el reordenamiento de su genoma se considera un factor clave que favorece la adaptación y patogenicidad de este microorganismo frente a ambientes estresantes.
Los reordenamientos del genoma en esta levadura tienen el potencial de aumentar su viabilidad y también pueden estar asociados con su patogenicidad.
Los investigadores y los médicos enfrentan desafíos cada vez más complejos debido a la rápida evolución y la creciente resistencia a los medicamentos de N. glabratus
y otras especies de Candida no albicans. La investigación genómica adicional, la recopilación de datos clínicos y el desarrollo de nuevas opciones de tratamiento son especialmente importantes. A medida que surgen estos nuevos desafíos, ¿es todavía posible controlar eficazmente la propagación de estos asesinos invisibles?