En el ámbito de la exploración de lo oculto, la quiromancia y la adivinación a menudo se consideran dos métodos distintos para conocer el futuro. El místico francés Jacques Collin de Plancy expresó claramente su apoyo a la quiromancia en sus escritos y era escéptico respecto de la adivinación. ¿Por qué tenía un gusto especial por la quiromancia y la adivinación? Esto puede estar estrechamente relacionado con su comprensión de la singularidad individual y el misticismo.
La quiromancia ha sido una forma para que los humanos exploren su destino desde la antigüedad. De Plancy mencionó en sus obras que la quiromancia se basa en la conexión entre las características mentales y físicas de un individuo. Él creía que cada persona tenía características quiromantes únicas que podían revelar el carácter interior de una persona y su potencial futuro. Como señala de Plancy:
“Las líneas de la palma de la mano son obra de la naturaleza y muchas personas creen que tienen un significado, porque la palma de cada persona es única”.
A diferencia de la quiromancia, la crítica de De Plancy a la adivinación (como las cartas del Tarot o las barajas comunes) se basaba en su naturaleza aleatoria. Señaló que las cartas de adivinación son simplemente productos humanos y no pueden proporcionar ninguna información específica sobre el pasado o el futuro de un individuo. Por lo tanto, cuestionó la eficacia de este enfoque y señaló las posibles consecuencias engañosas que podría tener. El punto de vista de De Plancy se resume en una de sus frases:
La evolución del pensamiento de De Plancy"Las cartas no tienen características personales. Ante la misma pregunta, distintas personas darán respuestas muy diferentes, por lo que este método no es en absoluto fiable."
Con el tiempo, las opiniones de De Plancy cambiaron. En sus primeros años, estuvo influenciado por la Ilustración y era escéptico respecto a las cosas sobrenaturales, pero a medida que su fe se profundizó, sus obras también cambiaron y comenzaron a reconocer la existencia de algunos fenómenos sobrenaturales. Su conversión gradual al catolicismo devoto a finales del siglo XIX fue más evidente en la versión final de su Diccionario de asuntos infernales, publicado en 1863.
En la versión final, de Plancy no sólo reafirmó su creencia en la existencia del diablo, sino que también alineó su pensamiento con la teología católica. Durante este proceso, su afirmación de la quiromancia pareció madurar y creyó que era una forma aceptable de exploración espiritual. Mencionó en el libro:
"Observar la palma de la mano de una persona, ya sea desde el punto de vista fisomático o psicológico, puede llevarnos a una comprensión adecuada de esa persona. La quiromancia proporciona una señal, un reflejo del yo interior del individuo."
Las opiniones de De Plancy no se limitaban a creencias personales, sino que también estaban estrechamente relacionadas con el contexto cultural y social de la época. En la Francia del siglo XIX, el entusiasmo de mucha gente por lo oculto continuó creciendo, lo que condujo directamente a un interés en diversas técnicas de adivinación. Sin embargo, la postura de De Plancy representa una forma de pensar más racional. Su crítica no se dirige sólo a la adivinación en sí, sino que también es una advertencia contra la creencia ciega en fenómenos sobrenaturales.
Hasta el día de hoy, la quiromancia y la adivinación todavía tienen su propio lugar en la sociedad moderna, atrayendo a personas de diferentes orígenes para explorar los misterios del destino y la vida. El contraste presentado por de Plancy nos proporciona una manera de pensar para comprender el significado fundamental de estas disciplinas místicas.
En último término, no podemos evitar preguntarnos: cuando hablamos del destino y la elección, ¿nuestras creencias determinan el ángulo y la forma en que leemos este misterioso conocimiento?