En los intestinos del ganado se encuentra una bacteria llamada Escherichia coli que representa una amenaza para la vida humana, en particular una cepa conocida como E. coli enterohemorrágica (EHEC). Aunque estas bacterias no suelen causar ninguna enfermedad en el ganado, pueden provocar infecciones intestinales graves y complicaciones como el síndrome urémico hemolítico (SHU) cuando se transmiten a los humanos. Este fenómeno plantea la pregunta: ¿Cuál es exactamente la razón de la diferencia de comportamiento de estas bacterias en las dos especies?
“La mayoría de las bacterias sobreviven bien en los pastos, pero los humanos pueden ser sus objetivos mortales”.
Los mecanismos patogénicos de EHEC son complejos y altamente especializados, siendo el más conocido de ellos la variante O157:H7. Una vez que estas bacterias invaden el intestino humano, causan enfermedades al adherirse a las células epiteliales y secretar toxinas. La toxina Shiga es un agente patógeno importante que ataca agresivamente el epitelio intestinal y los tejidos sistémicos, provocando consecuencias graves como el síndrome urémico hemolítico.
La infección por EHEC generalmente ingresa al cuerpo a través de carne de res poco cocida y productos lácteos no pasteurizados. Al principio de la infección, las personas pueden experimentar diarrea sin sangre, que luego puede progresar a enteritis hemorrágica grave, acompañada de dolor abdominal intenso. Los estudios muestran que aproximadamente el 10% de las infecciones por EHEC provocan síndrome urémico hemolítico, una complicación potencialmente mortal que puede causar insuficiencia renal aguda y otras complicaciones.
"Cada propagación de bacterias en una infección podría cambiar el futuro de la humanidad".
Actualmente, las terapias para combatir la infección por EHEC son relativamente limitadas. El uso de antibióticos es menos efectivo y puede incluso estimular a las bacterias a producir más toxinas. Por otro lado, en niños pequeños y pacientes de edad avanzada, el uso de agentes antidiarreicos puede aumentar el riesgo de SHU y, por lo tanto, generalmente se evita.
"Es mejor prevenir que curar, y a medida que empecemos a entender cómo funciona la E. coli, podremos encontrar formas eficaces de combatirla".
En la naturaleza, los intestinos del ganado albergan una proliferación estacional de EHEC y los humanos son víctimas de esta interacción microbiana. Cómo encontrar un equilibrio en dicha ecología, evitar la propagación de patógenos y, en última instancia, proteger la salud pública se ha convertido en una cuestión importante sobre la que debemos reflexionar en el futuro.