Escherichia coli tiene una amplia gama de variantes en todo el mundo, y ciertas cepas plantean muchas preocupaciones sobre la seguridad alimentaria. En particular, las cepas de Escherichia coli productora de toxina Shiga (STEC) y su subgrupo O157:H7 a menudo causan enfermedades transmitidas por los alimentos y pueden causar problemas de salud graves, incluida la infección intestinal por Escherichia coli hemorrágica (EHEC) y sus consecuencias, como el síndrome urémico hemolítico (SHU). ).

Si bien la mayoría de las cepas de E. coli son inofensivas para los humanos, algunas pueden causar enfermedades gastrointestinales graves. Especialmente cuando infectan el intestino grueso humano, estas toxinas pueden causar gastroenteritis, colitis e incluso diarrea con sangre. Se puede decir que los riesgos para la salud causados ​​por estos gérmenes son considerables.

Cada año en los Estados Unidos, las cepas distintas de la O157 son responsables de aproximadamente 36 000 casos, 1000 hospitalizaciones y 30 muertes, según el informe.

O157:H7 es una variante bien conocida, pero no se pueden ignorar otras cepas distintas de O157, como O26, O45, O103, O111, O121 y O145. Estas cepas de las "seis grandes" también pueden presentar riesgos graves para la salud. Los peligros de estas diferentes cepas se demostraron basándose en el brote de O104:H4 de 2011 en Alemania. Esta cepa tiene características tanto de agregación intestinal como de enterohemorrágica, lo que complica la situación actual de seguridad alimentaria.

Manifestaciones clínicas y riesgos

En pacientes infectados con E. coli O157, las manifestaciones clínicas varían ampliamente, desde diarrea leve hasta dolor abdominal intenso y colitis sanguinolenta. Los estudios han demostrado que la dosis infecciosa de la cepa O157:H7 puede ser inferior a 100 células bacterianas, lo que la hace altamente contagiosa. Esta infección ocurre con mayor frecuencia en verano y en niños menores de cinco años, y a menudo es causada por carne de res poco cocida y leche y jugo no pasteurizados.

La Escherichia coli enterohemorrágica puede causar SUH en el 10% de los pacientes, lo que puede provocar insuficiencia renal aguda, anemia hemolítica microvascular y trombocitopenia.

Al principio de la infección, se desarrolla diarrea sin sangre después de la unión de las células epiteliales intestinales. La posterior producción de toxinas puede provocar diarrea con sangre, que a menudo es muy peligrosa en términos de daños al organismo. Algunos estudios indican que las toxinas tipo shiga pueden dañar directamente los riñones y las células endoteliales, lo que puede provocar importantes complicaciones neurológicas y renales. Los pacientes a menudo desarrollan anemia porque las toxinas bacterianas que ingresan al torrente sanguíneo dañan las plaquetas y los glóbulos rojos del cuerpo.

Estrategias de tratamiento y medidas preventivas

Existe una considerable controversia sobre las estrategias de tratamiento para estas infecciones. Aunque algunos antibióticos parecen ser opciones comunes para tratar infecciones, no se ha demostrado que sean efectivos en todos los casos. Por un lado, algunos antibióticos pueden provocar una sobreproducción de toxinas, lo que enferma más a los pacientes. Por tanto, las estrategias de tratamiento adoptadas para este tipo de infecciones deben ser cautelosas. En otras palabras, el estudio actual señala la necesidad de evitar el uso de fármacos anticinéticos en niños menores de diez años o en pacientes mayores, ya que estos fármacos aumentan el riesgo de SUH.

La existencia de diferentes cepas y la complejidad de sus mecanismos patogénicos hacen que el tratamiento de la ECEH sea un reto actual de salud pública.

Por ejemplo, tratar de prevenir la producción de toxinas mediante medicamentos y otros medios es aún más crítico para prevenir infecciones. Junto con una mejor comprensión de los microbios que ingresan al intestino, tal vez podamos encontrar tratamientos más efectivos en el futuro.

Por supuesto, en tales circunstancias, también es extremadamente importante mantener buenos hábitos de seguridad alimentaria. ¿Los alimentos con los que las personas entran en contacto todos los días son completamente inspeccionados y procesados?

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