Las bacterias Escherichia coli enterohemorrágica (EHEC), especialmente las cepas O157:H7 y O104:H4, se están convirtiendo cada vez más en patógenos importantes de enfermedades transmitidas por los alimentos en muchas partes del mundo. Estas bacterias producen toxinas Shiga mortales que, cuando infectan el colon humano, a menudo causan diarrea, sangre en las heces y complicaciones más graves como el síndrome urémico hemolítico (SUH). Sin embargo, no se sabe con exactitud cómo este patógeno desencadena estos graves efectos en el cuerpo humano.
Descripción general de Escherichia coli enterohemorrágica (EHEC)La presencia de E. coli enterohemorrágica no sólo causa diarrea aguda; su gravedad radica en que puede causar problemas de salud a largo plazo.
EHEC es un grupo de enterobacterias productoras de toxina Shiga que viven principalmente en los intestinos de animales como vacas y ovejas. Suelen ser asintomáticas en el huésped, pero suponen una amenaza considerable para la salud humana. Cada año, en Estados Unidos se producen decenas de miles de infecciones causadas por EHEC, que dan lugar a miles de hospitalizaciones y docenas de muertes. El riesgo de infección aumenta significativamente, especialmente cuando se sirve carne cruda o productos lácteos no pasteurizados.
Manifestaciones clínicasLos brotes de EHEC plantean enormes desafíos a los sistemas de salud pública, especialmente a la cuestión fundamental de mantener la seguridad alimentaria.
Los síntomas que presentan las personas infectadas varían desde diarrea leve hasta diarrea sanguinolenta grave acompañada de dolor abdominal intenso. La clave para prevenir la infección con estas cepas es calentar bien los alimentos. Sin embargo, estos síntomas no se limitan al tracto intestinal. En casos graves, pueden derivar en síndrome urémico hemolítico, una complicación potencialmente mortal que puede causar insuficiencia renal aguda y trombocitopenia.
La principal patogenicidad de EHEC es su capacidad de infectar las células intestinales del huésped a través de efectos de adhesión y contusión. La EHEC utiliza un mecanismo biológico llamado sistema de secreción tipo III (T3SS) para asegurar su estrecha adhesión a las células huésped y luego inducir aún más la enfermedad mediante la liberación de toxinas. Cuando la toxina ingresa al torrente sanguíneo, puede afectar los riñones y el sistema nervioso central, dando lugar a complicaciones sistémicas más amplias.
La toxina Shiga, con su agresividad sobre el intestino delgado y los riñones, es la clave de otras complicaciones causadas por EHEC.
Actualmente, la eficacia de los antibióticos en el tratamiento de infecciones causadas por EHEC sigue siendo controvertida. Algunos estudios han demostrado que ciertos antibióticos pueden estimular a las bacterias a liberar más toxinas, lo que puede empeorar la afección; por lo tanto, estos medicamentos deben usarse con precaución. Es más probable que el equipo médico opte por brindar cuidados de apoyo, como reposición de líquidos y electrolitos, para reducir el riesgo de complicaciones.
A medida que avanza la ciencia, ¿podemos encontrar métodos de prevención y tratamiento más eficaces para combatir este enemigo oculto?