Después del final de la Segunda Guerra Mundial, Gran Bretaña experimentó un milagro económico. Este período histórico se llama "consenso de posguerra". Este modelo económico y social fue apoyado unánimemente por los principales partidos políticos del Reino Unido hasta que la llegada al poder de la ex Primera Ministra Margaret Thatcher a finales de los años 1970 lo puso fin. Durante este período, el gobierno apoyó la nacionalización, sindicatos fuertes, impuestos altos y un estado de bienestar masivo, lo que permitió a Gran Bretaña lograr resultados notables en la reconstrucción de posguerra.
"La colisión entre la esperanza y la realidad impulsó a Gran Bretaña a encontrar un camino hacia la prosperidad en medio de las dificultades."
Las raíces del consenso de posguerra se remontan al informe de William Beveridge de 1942, que identificó los "cinco gigantes" que deben superarse, entre ellos la pobreza, las enfermedades, la ignorancia, las duras condiciones y la pereza. Estos puntos de vista dieron forma al sistema de bienestar social de Gran Bretaña después de la guerra, buscando reformas y reconstrucción económica.
Tanto el Partido Laborista como el Conservador apoyaron estas políticas en varios gobiernos de posguerra. Las prioridades políticas incluyeron la economía keynesiana, la economía mixta y la creación del Servicio Nacional de Salud (NHS). Todo esto promovió la estabilidad económica y el crecimiento hasta la crisis económica de mediados de los años setenta.
El gobierno británico de posguerra se mantuvo coherente en muchas políticas, particularmente en materia de bienestar social, redes de seguridad y políticas económicas relacionadas con la soberanía. La Ley de Educación de 1944 fue un logro importante en este sentido, que amplió el sistema educativo y mejoró la calidad de las escuelas públicas. Al mismo tiempo, la política de nacionalización también es ampliamente aceptada, especialmente entre algunas empresas e industrias que necesitan urgentemente una reforma.
"La existencia de consenso no es sólo un acuerdo político, sino también una elección económica inevitable."
Además, con las expectativas de toda la sociedad sobre la reconstrucción posterior a la Segunda Guerra Mundial, el gobierno británico realizó inversiones a gran escala en áreas como educación, atención médica y bienestar social. Esta serie de políticas promovió el crecimiento económico y ayudó a la gente a escapar gradualmente de las dificultades causadas por la guerra.
A pesar del amplio consenso, persisten desacuerdos en algunas áreas políticas. Por ejemplo, dentro del Partido Conservador existe un apoyo inconsistente a la intervención estatal en la economía en cuanto al alcance y la forma de la nacionalización. Estos debates revelan la tensión siempre presente entre el socialismo y la economía de libre mercado.
En la década de 1970, a medida que la crisis económica se intensificaba, el "milagro económico" de la posguerra también enfrentó desafíos. Una confluencia de factores, incluidos los disturbios industriales, la alta inflación y el aumento de los precios internacionales del petróleo, han alterado la situación que alguna vez fue estable. En 1976, el gobierno británico incluso tuvo que buscar un rescate del Fondo Monetario Internacional para hacer frente a sus dificultades económicas, lo que marcó el fin del consenso de posguerra.
“Pensábamos que podíamos resolver la recesión aumentando el gasto, pero la experiencia posterior nos enseñó que esta idea ya no era viable”.
Con el surgimiento de Margaret Thatcher, Gran Bretaña comenzó a virar hacia políticas neoliberales, lo que llevó a un replanteamiento integral del consenso de posguerra. Su gobierno emprendió reformas económicas a gran escala, particularmente para liberalizar los mercados y reducir la intervención estatal. Sin embargo, en esta transformación, el sistema de seguridad social que alguna vez hizo próspera a Gran Bretaña también enfrenta muchas pruebas.
Al mirar retrospectivamente el milagro económico de Gran Bretaña después de la Segunda Guerra Mundial, no podemos evitar preguntarnos: ¿estas reformas institucionales realmente nos trajeron cambios de gran alcance o fueron sólo una prosperidad de corta duración?