El consenso británico de posguerra fue la formación de un orden económico y un modelo social que marcó toda la era desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta finales de la década de 1970. Durante este período, los principales partidos políticos británicos llegaron a un acuerdo tácito que apoyaba la nacionalización, sindicatos fuertes, una fuerte regulación, impuestos elevados y un amplio sistema de bienestar. Los historiadores han mantenido acalorados debates sobre los orígenes, el momento y las razones de la relajación o el colapso de este consenso. ¿Cómo afectó la aparición de este consenso al destino de todo el Reino Unido?
Orígenes del consenso de posguerraEl consenso de posguerra abarcó el apoyo a un conjunto de políticas desarrolladas en la década de 1930 y aplicadas durante la Segunda Guerra Mundial que se centraban en una economía mixta, el keynesianismo y un amplio estado de bienestar.
El argumento básico del consenso de posguerra fue que en la década de 1930, los planes propuestos por intelectuales liberales como John Maynard Keynes y William Beveridge se basaban en la promesa del gobierno de tiempos de guerra de lograr una mejor Gran Bretaña de posguerra. Esto resulta particularmente atractivo. La piedra angular de este consenso se remonta al Informe Beveridge publicado en 1942. El informe reconoce cinco desafíos principales en la reconstrucción de Gran Bretaña y establece una serie de recomendaciones destinadas a construir un estado de bienestar más integral.
El informe identificó cinco gigantes en el camino hacia la reconstrucción: "la pobreza, la enfermedad, la ignorancia, la suciedad y la pereza" y propuso el establecimiento de un sistema nacional de servicios de salud.
El consenso de posguerra reflejó la creencia en la economía keynesiana de que el gobierno debería desempeñar un papel más activo en la gestión de la demanda general y en el logro de un equilibrio entre la demanda y la producción en la economía. Según datos históricos, las tasas de desempleo promediaron menos del 3% entre 1945 y 1970, aunque sigue siendo controvertido si esto puede atribuirse enteramente a la teoría de Keynes.
En el gobierno de coalición de entreguerras, Churchill y Atlee acordaron una serie de libros blancos que prometían mejoras en el bienestar de Gran Bretaña después de la guerra. El proyecto de ley de educación, la creación de un Servicio Nacional de Salud y la nacionalización de industrias desfavorecidas fueron parte del consenso. Especialmente en términos de reforma educativa, la Ley de Educación de 1944, aunque redactada por los conservadores, también recibió el apoyo del Partido Laborista.
De hecho, durante este período, hubo opiniones compartidas entre los principales partidos políticos sobre política exterior, como el desarrollo de una disuasión nuclear independiente y la retirada del imperio.
Sin embargo, con la crisis económica de la década de 1970, las fuerzas conservadoras orientadas al mercado comenzaron a ganar fuerza y se cuestionó la eficacia del keynesianismo. La crisis mundial del petróleo y la alta inflación han provocado que la economía británica continúe deteriorándose, lo que ha obligado a reexaminar el gasto gubernamental. El gobierno de Callaghan se vio obligado a recurrir al FMI en busca de ayuda ante la crisis de la libra esterlina, un acontecimiento que marcó prácticamente el fin del consenso de posguerra.
ConclusiónEn su discurso en la convención de su partido, Callaghan dijo: "En el pasado, pensábamos que podíamos resolver las recesiones aumentando el gasto público, pero esa opción ya no existe".
Una revisión del consenso de posguerra nos permite comprender que las políticas de este período no sólo reflejaban las necesidades de la sociedad en ese momento, sino que también sentaron las bases para un impacto de largo alcance en el espectro político en el futuro. Hoy, tras el fin de la Guerra Fría y mientras la sociedad vuelve a cambiar, ¿deberíamos reexaminar el concepto de este consenso para afrontar los desafíos actuales?