La fundación de la Asociación Americana de Ciencias Políticas (APSA) en 1903 fue un acontecimiento de gran alcance que no sólo cambió la forma de la investigación política sino que también redefinió el posicionamiento de la ciencia política como disciplina. Con el desarrollo de las ciencias sociales, la ciencia política se ha ido independizando de la historia y la filosofía política, buscando su propio estatus académico y metodología.
"Los métodos empíricos de la ciencia política han seguido evolucionando, poniendo énfasis en la investigación sistemática rigurosa y centrando la atención en el análisis del comportamiento y las instituciones políticas".
La creación de la APSA es un paso importante en los esfuerzos de la comunidad académica para hacer que la investigación política sea más sistemática y científica. La intención original de la asociación era establecer una plataforma entre académicos políticos para promover la comunicación, la cooperación y el intercambio de resultados de investigación. El número de miembros era entonces de 204, pero en 1915 había crecido a 1.462, lo que refleja el rápido crecimiento de la ciencia política como disciplina independiente.
"La ciencia política no sólo se ocupa de la estructura y función del gobierno, sino que también explora la relación entre los estados".
Con el tiempo, APSA ha seguido promoviendo la diversidad en la investigación en ciencias políticas. En particular, en los años 1950 y 1960, el auge del conductismo puso el acento en el estudio sistemático del comportamiento individual y grupal. Este cambio no sólo modificó la perspectiva de la comunidad académica, sino que también promovió el desarrollo transversal de otras ciencias sociales, como la economía.
Además, APSA también comenzó a publicar la revista Political Science Quarterly, que tiene como objetivo proporcionar una plataforma de publicación profesional para alentar a los politólogos a publicar los resultados de sus investigaciones. Estos estudios no se limitan al análisis tradicional del sistema político, sino que áreas más emergentes como las relaciones internacionales, las políticas públicas y la política comparada también están empezando a recibir atención.
Al entrar en el siglo XXI, APSA y sus miembros se enfrentan a nuevos desafíos y oportunidades. A medida que las situaciones políticas y sociales cambian rápidamente, los académicos necesitan métodos de investigación más flexibles para responder. Esto incluye el uso de análisis de big data, métodos experimentales y perspectivas interdisciplinarias para profundizar en la dinámica política actual."La creación de la APSA no es sólo un logro académico personal, sino también un reflejo de la creciente atención de la sociedad a la ciencia política".
Esta serie de cambios continúa estimulando el replanteamiento del posicionamiento de la ciencia política. ¿Cómo puede la ciencia política seguir adaptándose a un entorno político global que cambia rápidamente? ¿Y cómo se adapta nuevamente el papel de la APSA a este mundo que cambia rápidamente?
"Las reformas siempre conllevan desafíos. ¿En el camino que tenemos por delante podemos encontrar la confianza y la fuerza para avanzar hacia el futuro?"
Junto con la creación de la APSA, la comunidad académica ha estado discutiendo cómo equilibrar la cientificidad y la practicidad. Muchos académicos han comenzado a pedir la introducción de metodologías más diversas, a desafiar los métodos de investigación tradicionales y a buscar la colaboración interdisciplinaria.
Por ejemplo, el "movimiento reformista" de principios del siglo XXI fue una reflexión sobre la excesiva matematización de las disciplinas. Esta tendencia resalta la necesidad de adoptar enfoques diversos para comprender situaciones políticas cada vez más complejas. Los académicos comenzaron a preguntarse si la investigación verdaderamente efectiva se basa únicamente en datos cuantitativos o si requiere más énfasis en la comprensión y el análisis cualitativos.
Además de su dirección de investigación académica, la APSA también ha avanzado en la promoción de la cooperación internacional, como se refleja en la Asociación Internacional de Ciencias Políticas (IPSA) establecida en 1949. El surgimiento de estas organizaciones transnacionales refleja la urgente necesidad de los politólogos de todo el mundo de compartir conocimientos, experiencias y resultados de investigaciones.
"La investigación en ciencias políticas ya no se limita a una región determinada. La cooperación y el intercambio transfronterizos se han convertido en una tendencia."
Después de entrar en el siglo XXI, frente a los desafíos de la globalización y las crecientes tensiones políticas internacionales, el foco de la investigación en ciencias políticas se ha desplazado hacia cómo comprender y predecir el impacto de estos cambios. En este contexto, la previsión política, la gestión de crisis y los cambios en el comportamiento político se han convertido en áreas de investigación populares para los politólogos.
Todos estos acontecimientos siguen provocando una profunda reflexión sobre el propósito central de la ciencia política y su valor social. Como investigadores, ¿cómo podemos lograr que la ciencia política sirva mejor a la sociedad pública? ¿Deberíamos también buscar direcciones y puntos de apoyo más influyentes para nuestra investigación?