La agranulocitosis, también conocida como granulocitopenia o granulopenia, es una afección aguda que implica una disminución grave y peligrosa del número de glóbulos blancos, especialmente de neutrófilos, lo que provoca que se produzca neutropenia en la sangre circulante. Esta enfermedad deja a los pacientes con sistemas inmunológicos gravemente comprometidos y un alto riesgo de infecciones graves.
La agranulocitosis, en la que la concentración de células de la granulosa en la sangre es inferior a 200 células/mm³, es extremadamente peligrosa para la salud.
La agranulocitosis puede no presentar síntomas específicos o puede presentarse con fiebre, escalofríos y dolor de garganta repentinos y severos. Además de esto, una infección en cualquier órgano, como una neumonía o una infección del tracto urinario, puede progresar rápidamente, llevando a una rápida progresión a sepsis.
Muchos medicamentos están asociados con la agranulocitosis, incluidos los antiepilépticos (como la carbamazepina y el ácido valproico), los antitiroideos (como el carbimazol, el tiomidazol y el propiltiouracilo) y algunos antibióticos (como la penicilina, el cloranfenicol y el cotrimoxazol). Además, entre los fármacos preocupantes se encuentran ciertos fármacos antipsicóticos para el tratamiento de trastornos psiquiátricos, en particular el antipsicótico atípico clozapina, que normalmente sólo se utilizan en casos refractarios y requieren un seguimiento del hemograma. Las investigaciones muestran que un brote de agranulocitosis en los Estados Unidos y Canadá entre marzo y noviembre de 2008 estuvo relacionado con el agente antiinsectos levamisol adulterado en cocaína.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, el 71 por ciento de las muestras de cocaína incautadas en los Estados Unidos contenían levamisol, un pesticida utilizado en animales cuyo motivo real de uso se desconoce.
Para confirmar el diagnóstico de agranulocitosis generalmente se requiere un hemograma completo. Los resultados de esta prueba muestran que el número de neutrófilos suele ser inferior a 500 y en ocasiones incluso llega a 0. Durante estas pruebas, otros tipos de células sanguíneas pueden permanecer en números normales. Para diagnosticar formalmente la agranulocitosis, es necesario excluir otras afecciones con síntomas similares, como la anemia aplásica, la hemoglobinuria paroxística nocturna, los síndromes mielodisplásicos y la leucemia. Esto requiere un examen de médula ósea para observar la maduración de las células dentro de la médula ósea.
Para los pacientes asintomáticos, el tratamiento se centra en monitorear su condición mediante análisis de sangre periódicos, suspender los medicamentos que causan agranulocitosis y brindar asesoramiento general sobre la importancia de la fiebre. Si hay signos evidentes de infección, puede ser necesario un tratamiento más agresivo, como considerar la transfusión de células de la granulosa. Sin embargo, las células de la granulosa sólo sobreviven en la circulación unas 10 horas, lo que limita el tiempo del tratamiento, además el procedimiento puede provocar numerosas complicaciones.
La aneulocitosis no es sólo un término científico, sino que también esconde importantes desafíos y riesgos para la salud humana. ¿Podemos realmente ignorar su impacto?
En esta era de desafíos para el sistema inmunológico, la agranulocitosis es una llamada de atención para nuestra salud, entonces, ¿estás listo para aprender más sobre este asesino invisible?