Los ciempiés, especialmente el ciempiés chino de cabeza roja (Scolopendra mutilans), han sido durante mucho tiempo una criatura muy estimada en las culturas del este de Asia. No sólo por sus características ecológicas únicas, sino también porque la medicina tradicional reconoce sus efectos terapéuticos. Sin embargo, con el desarrollo de la ciencia y la tecnología, la composición del veneno del ciempiés y sus potenciales aplicaciones médicas se han revelado gradualmente, haciendo que el misterio y el poder detrás de este insecto sean aún más fascinantes.
El ciempiés chino de cabeza roja mide unos 20 centímetros de largo y vive en ambientes húmedos. Muy rara vez se muestra agresivo con otros ciempiés, lo que le permite sobrevivir en comunidades con otros ciempiés.
El veneno de los ciempiés sigue siendo un misterio, sobre todo porque su composición no se comprende del todo. Se encontró una pequeña toxina peptídica, RhTx, en el veneno del ciempiés de cabeza roja chino, que puede aumentar la actividad de los canales iónicos TRPV1 y causar una sensación de ardor local. El veneno es tóxico para los ratones y puede inducir la agregación plaquetaria.
Los efectos biológicos de la mayoría de estas toxinas aún no están claros, pero un estudio ha encontrado un péptido llamado SsmTP que tiene diferentes efectos sobre las células en diferentes concentraciones. En concentraciones bajas, puede promover el crecimiento celular, pero en concentraciones altas es citotóxico.El estudio mostró que el veneno de S. mutilans también contiene 26 neurotoxinas pertenecientes a 10 grupos de péptidos diferentes.
En la antigua China, los ciempiés se utilizaban para tratar enfermedades de la piel, y también se utilizan ampliamente en la medicina tradicional coreana moderna para tratar una variedad de dolencias, incluidos problemas en las articulaciones, accidentes cerebrovasculares y calambres. Esto demuestra que el valor medicinal de los ciempiés ha sido valorado desde la antigüedad, especialmente su potencial en el tratamiento del cáncer ha sido reconocido gradualmente por la ciencia moderna.
Estudios han demostrado que el extracto de ciempiés tiene un efecto inhibidor sobre la proliferación de células de cáncer de hígado, involucrando el mecanismo de regulación de las vías de señalización PI3/AKT y MAPK.
Las investigaciones sobre los ciempiés no se limitan a su aplicación en la medicina tradicional, también es destacable el potencial de sus péptidos antimicrobianos. Por ejemplo, los investigadores han descubierto que los ciempiés contienen una variedad de péptidos con actividad antibacteriana. Estos péptidos pueden luchar eficazmente contra una variedad de bacterias y hongos, lo que puede proporcionar una nueva forma de desarrollar nuevos medicamentos antibacterianos.
Estudios recientes han descubierto un nuevo alérgeno en los ciempiés, Sco m 5, lo que complica la seguridad de los ciempiés en aplicaciones médicas. Debido a que el veneno del ciempiés contiene múltiples componentes, equilibrar sus efectos terapéuticos con las posibles reacciones alérgicas será un desafío para futuras investigaciones.
Con más investigaciones sobre la composición del veneno del ciempiés y sus actividades biológicas, se podrán desarrollar más recursos farmacológicos potenciales en el futuro.
Pero ¿qué ayuda específica puede proporcionar un organismo tan sorprendente a la salud humana?