El pensamiento esquizoide, también conocido como pensamiento en blanco y negro, pensamiento de todo o nada, es un mecanismo de defensa psicológico común. Esta forma de pensar impide que los individuos integren las cualidades positivas y negativas percibidas en un todo y, en cambio, tiende a dividir las cosas en dos extremos: todo bueno o todo malo. En psicología, el esquizopensamiento se considera una forma de proteger la autoimagen de un individuo, pero su uso prolongado puede provocar conflictos internos e inestabilidad en las relaciones interpersonales.
El pensamiento esquizoide se caracteriza por la falta de un término medio. Esta forma extrema de pensar impide que las personas vean racionalmente las relaciones interpersonales complejas.
Este patrón de pensamiento es común en ciertos trastornos de la personalidad, como el trastorno límite de la personalidad y el trastorno narcisista de la personalidad. Las características de estos pacientes incluyen una incapacidad para integrar imágenes "buenas" y "malas" de sí mismos y de los demás, y su comprensión de las relaciones interpersonales es a menudo extrema, lo que resulta en fluctuaciones constantes en las relaciones cercanas.
Durante el proceso de crecimiento psicológico, los niños suelen tener pensamiento dividido, pero este fenómeno debería disminuir gradualmente a medida que aumenta su capacidad de comprensión. Cuando los individuos perciben cosas que entran en conflicto con su propia imagen, pueden sentirse rechazados o aislados, lo que refuerza aún más el pensamiento cismático. Este patrón de pensamiento es especialmente obvio para las personas con baja autoestima, a quienes les resulta difícil aceptar sus propios defectos o los de los demás y, a menudo, exteriorizan sus sentimientos conflictivos y culpan a los demás.
El pensamiento esquizoide puede hacer que los pacientes tengan desviaciones al afrontar las emociones y provocar malentendidos y tensiones en las relaciones interpersonales.
A menudo, las personas que utilizan el pensamiento dividido interpretan selectivamente el comportamiento de los demás, atribuyendo el buen comportamiento de las personas que les agradan a rasgos de personalidad, mientras que culpan del mal comportamiento de las personas que no les agradan a factores situacionales. Semejantes prejuicios exacerban su depresión emocional y su inquietud.
El esquizopensamiento puede crear inestabilidad en las relaciones, especialmente para quienes interactúan con alguien con trastorno límite de la personalidad (TLP). Las relaciones íntimas de los pacientes a menudo caen en ciclos extremos de evaluación. Un día confían en ellos para recibir apoyo, pero mañana pueden ver a la otra persona como un enemigo para asuntos triviales. Este patrón de comportamiento hace que la relación esté plagada de estrés e incomodidad, seguidos de conflictos emocionales inmanejables.
Estos conflictos no sólo afectan su identidad propia, sino también sus relaciones con los demás, lo que a menudo conduce a daños mutuos y malentendidos.
Los psicólogos han propuesto una variedad de métodos de manejo para este comportamiento inestable, incluida la terapia dialéctica conductual (DBT), la psicoterapia (MBT) y la terapia centrada en la transferencia. Entre estos métodos, la DBT hace especial hincapié en la mejora de la regulación emocional y las habilidades de afrontamiento, ayudando a las personas con TLP a gestionar las emociones y las relaciones interpersonales de forma más eficaz.
Los familiares y amigos de personas con trastorno límite de la personalidad a menudo necesitan encontrar un equilibrio entre respetar su privacidad y buscar ayuda externa. También se trata de cómo reconocer legítimamente sus sentimientos sin reforzar su comportamiento. Algunos estudios han señalado que brindar el apoyo adecuado en lugar de promover indirectamente el comportamiento disociativo puede reducir efectivamente el impacto negativo de tales defensas psicológicas.
Brindar la ayuda adecuada y el apoyo emocional adecuado puede promover un cambio positivo en lugar de hacer que el individuo caiga en más dudas e inseguridad.
Además de la terapia profesional, existen muchos libros y materiales de autoayuda que pueden ayudar a liberarse de los problemas del pensamiento dividido. Las personas pueden desarrollar patrones de pensamiento más saludables mediante métodos como la regulación emocional y la atención plena. Con el avance de la terapia cognitivo-conductual y la aplicación de más técnicas de psicoterapia, muchos pacientes han recibido un apoyo y una mejora eficaces.
El concepto de esquizofrenia fue propuesto por primera vez por el psicólogo Pierre Janet en 1889 y fue desarrollado por muchos psicólogos. Freud observó una vez que este fenómeno es una manifestación de autodefensa frente a conflictos internos. Al comprender la dinámica psicológica detrás de esto, podemos obtener una apreciación más profunda de la complejidad del comportamiento y las emociones humanas.
Es posible que todos sintamos extremos emocionales en algún momento de nuestras vidas, pero ¿este tipo de pensamiento es solo nuestro mecanismo de autodefensa en funcionamiento? Al conectar los efectos de la esquizofrenia con nuestras vidas, ¿podemos encontrar formas más saludables de afrontarla?