En el campo de la psicología, "extinción" se refiere a un fenómeno conductual que se puede observar tanto en el condicionamiento operante como en el condicionamiento clásico. Este fenómeno se caracteriza cuando una respuesta condicionada que a menudo no está reforzada se debilita gradualmente con el tiempo. Para muchas personas, el sentimiento de miedo nunca parece eliminarse fácilmente, pero bajo ciertas circunstancias y métodos, esta emoción puede desaparecer mediante el proceso de extinción.
La clave para comprender este proceso radica en la exploración que realiza la psicología de las complejas relaciones entre el aprendizaje, la memoria y las respuestas conductuales.
Las teorías de la extinción de los psicólogos se centran principalmente en modelos conexionistas. El valor central de estos modelos es intentar comprender cómo se asocia el miedo con un estímulo específico (estímulo condicionado, CS). Sin embargo, en el mundo académico aún no está claro si el proceso de extinción consiste simplemente en "reaprender" la asociación entre el estímulo incondicionado (EI) y el estímulo condicionado (EC), o si se logra a través de una asociación inhibidora que enmascara la asociación excitadora original. Hay un animado debate.
Se realizó un experimento interesante en ratones para estudiar el funcionamiento del mecanismo de extinción en diferentes momentos y situaciones.
Al igual que en los experimentos con perros de Pavlov, la respuesta inicialmente condicionada (babeo) finalmente cesa con el tiempo cuando el estímulo condicionado (como el sonido de una campana) ya no va acompañado de un estímulo incondicionado (comida). Esto ilustra que la extinción no significa que la respuesta desaparezca, sino que sea reemplazada por un proceso de reaprendizaje. Se cree que muchos trastornos de ansiedad, como el trastorno de estrés postraumático (TEPT), reflejan el fracaso en la extinción del miedo condicionado.
Al explorar la extinción del miedo, múltiples estudios han descubierto que estructuras cerebrales y sistemas químicos específicos están estrechamente relacionados con este proceso.
Las investigaciones en adolescentes y adultos muestran que durante esta etapa del desarrollo, la persistencia del proceso de extinción del miedo se reduce significativamente y están presentes nuevos mecanismos de aprendizaje. Esto representa la formación de una nueva memoria de aprendizaje que es interdependiente y antagónica a la memoria de miedo original.
La investigación neurobiológica también señala que el glutamato y la dopamina desempeñan papeles importantes en los procesos de aprendizaje y extinción.
La terapia de exposición es una estrategia importante en la resolución emocional cuando se trata de ansiedad. El principio básico de esta terapia es reducir gradualmente el miedo mediante asociación sin estímulo. El estudio encontró que la corteza prefrontal dorsolateral y ventromedial desempeña un papel clave en la promoción de la extinción del miedo, pero otras regiones del cerebro como la amígdala y el hipocampo son igualmente importantes.
Investigaciones recientes muestran que comprender los circuitos cerebrales podría ayudar a abrir nuevas ideas para tratar la ansiedad.
A partir del entorno del aula, la aplicación adecuada del concepto de extinción puede resolver eficazmente conductas que interfieren en el proceso de aprendizaje. Por ejemplo, cuando las conductas problemáticas de los estudiantes pueden ignorarse o ya no reforzarse, estas conductas desaparecerán gradualmente con el tiempo, mejorando el ambiente de aprendizaje.
Sin embargo, a corto plazo, al inicio de la extinción, puede ocurrir un "estallido de extinción", lo que significa que el comportamiento puede aumentar repentinamente en frecuencia durante un período de tiempo antes de disminuir lentamente. Esta respuesta es bastante común en el comportamiento animal y muestra una gran necesidad y adaptabilidad a los mecanismos de recompensa.
Mientras se persigue la extinción, también es crucial comprender la importancia de la variación del comportamiento.
La tensión conductual puede intensificarse debido a las diferencias en diferentes entornos y estímulos, y dicha variación puede promover el descubrimiento de patrones de comportamiento alternativos. Al capturar estas variaciones y reforzarlas, las personas pueden transformarse hacia comportamientos positivos.
Como individuos que vivimos en una sociedad cambiante, es posible que debamos pensar, cuando enfrentamos miedos y desafíos, ¿existen otras formas de alentarnos a dejar atrás las sombras del pasado y dar la bienvenida a un nuevo comienzo?