En nuestra vida diaria, cada movimiento del cuerpo, desde los dedos de los pies levantados inadvertidamente hasta gestos precisos, se origina en un concepto llamado "esquema corporal". Este concepto implica cómo el cerebro construye internamente una simulación de su propio cuerpo y la posición de sus extremidades. Esta exploración científica no sólo revela cómo nos percibimos a nosotros mismos, sino que también reflexiona sobre nuestras interacciones con nuestro entorno.
El esquema corporal es el modelo interno que un organismo tiene de su propio cuerpo, incluida la posición de sus extremidades.
El concepto de esquema corporal fue descrito por primera vez por el neurocientífico británico Henry Head a principios del siglo XX. Junto con otro neurocientífico, Gordon Morgan Holmes, su investigación se centró en la función de los nervios sensoriales y originalmente utilizaron el "esquema postural" para describir los síntomas causados por el daño en el lóbulo parietal del cerebro causado por la alteración de la percepción espacial. A medida que la investigación se profundiza, el término "esquema corporal" evoluciona lentamente hacia un modelo organizacional de cómo nos entendemos a nosotros mismos.
Los neurocientíficos contemporáneos Patrick Haggard y Daniel Wolpert identificaron siete características básicas del esquema corporal, incluida la codificación espacial, la modularidad, la adaptabilidad y la supermodelación, la moralidad, la coherencia, la interpersonalidad y las actualizaciones con el movimiento.
El esquema corporal representa la posición y configuración de un objeto tridimensional en el espacio. La integración de información sensorial como el tacto y la visión puede lograr una localización precisa de los estímulos.
El esquema corporal no está representado en una única área del cerebro, como lo confirman estudios recientes de resonancia magnética funcional. Los patrones corporales de manos y pies están codificados por diferentes áreas del cerebro, y los patrones de varias partes de las extremidades son responsables de diferentes sistemas neuronales.
El esquema corporal seguirá sufriendo cambios plásticos a medida que el individuo crece. Por ejemplo, a medida que los niños se desarrollan, la forma en que utilizan los cubiertos se optimiza con la edad.
El esquema corporal integra información propioceptiva, táctil y visual en una representación tridimensional, lo que significa que la información de diferentes sentidos se puede convertir entre sí
El esquema corporal necesita ser consistente y capaz de interactuar con los demás, por eso la capacidad de imitar los movimientos de los demás resulta tan cómoda.
Los esquemas corporales deben actualizarse constantemente a medida que las partes del cuerpo se mueven por el espacio, una función aparentemente coordinada por neuronas multisensoriales en el cerebro.
Además de las percepciones internas, el concepto ampliado del esquema corporal sostiene que también se pueden incorporar objetos externos a este concepto mental. Aunque esta teoría es controvertida, sus defensores creen que las herramientas y los objetos externos están integrados cognitivamente y adaptados al cuerpo.
Históricamente, el esquema corporal y la imagen corporal se han utilizado indistintamente. El primero involucra habilidades sensoriales de movimientos y posturas corporales, mientras que el segundo involucra percepciones y creencias sobre la propia apariencia. Comprender la diferencia entre los dos es fundamental para las aplicaciones en psicología y medicina.
Cómo la percepción corporal afecta nuestro comportamiento y la toma de decisiones es una pregunta que atrae cada vez a más investigadores. Quizás en el futuro se revelen más misterios sobre el esquema corporal. ¿Tiene alguna pregunta sobre este tema? ?