En economía financiera, una crisis de liquidez representa un estado agudo de escasez de liquidez. La liquidez puede referirse a la liquidez del mercado (qué tan fácil es convertir activos en efectivo), la liquidez de financiamiento (qué tan fácil es para los prestatarios obtener financiamiento externo) o la liquidez contable (qué tan fácil es para los prestatarios obtener financiamiento externo). nivel). Según las definiciones de algunos economistas, un mercado es líquido sólo si puede absorber demandas repentinas de efectivo por parte de los inversores. Una escasez de liquidez puede provocar que los precios de los activos caigan por debajo de sus precios fundamentales de largo plazo, un deterioro de las condiciones de financiamiento externo, una reducción del número de participantes en el mercado o dificultades en la negociación de activos.
Durante una crisis de liquidez, cuando los participantes del mercado necesitan efectivo, es difícil encontrar socios comerciales potenciales para vender sus activos.
En esta situación, los tenedores de activos pueden verse obligados a vender sus activos a precios inferiores a los fundamentales a largo plazo. Al mismo tiempo, los prestamistas suelen enfrentarse a mayores costos de endeudamiento y requisitos de garantía que en épocas de abundante liquidez, mientras que la deuda no garantizada es prácticamente inaccesible. El funcionamiento del mercado de préstamos interbancarios también tiende a ser problemático durante las crisis de liquidez.
Muchos mecanismos diferentes amplificaron el impacto negativo sobre la economía a través del refuerzo mutuo entre la liquidez del mercado de activos y la liquidez del capital, y eventualmente evolucionaron hacia una crisis financiera a gran escala. Esto significa que incluso un pequeño shock negativo agravará aún más la contracción económica general causada por la crisis de liquidez.
Ya en 1983, Diamond y Dybvig propusieron uno de los modelos más influyentes de crisis de liquidez y corridas bancarias. Este modelo resalta la vulnerabilidad de los bancos como intermediarios financieros, especialmente cuando aceptan activos menos líquidos pero proporcionan pasivos más líquidos. Según este modelo, los contratos de depósitos a la vista de los bancos desempeñan un papel importante a la hora de proporcionar liquidez y compartir riesgos, pero también pueden allanar el camino para corridas bancarias.
Si se mantiene la confianza del mercado, los contratos de depósito a la vista pueden mejorar los resultados en mercados competitivos y proporcionar una mejor distribución del riesgo.
Pero en un escenario de pánico, es probable que todos los depositantes retiren sus depósitos inmediatamente, aunque algunos en realidad prefieran conservarlos. Si los retiros a gran escala conducen a una liquidación forzosa y a la venta de activos, esto agravará aún más la crisis de liquidez e incluso provocará una crisis financiera inmediata.
Cuando se produce un pequeño shock negativo en el mercado financiero, la caída de los precios de los activos puede erosionar el capital de las instituciones financieras e incluso afectar la salud de sus libros. Esto crea un mecanismo de retroalimentación negativa de dos bucles de liquidez que sirve para aprovechar el shock negativo inicial. Las instituciones financieras se ven obligadas a vender activos cuando los precios de los mismos son bajos para mantener sus ratios de apalancamiento.
Los precios de los activos caen aún más a medida que se erosiona el patrimonio neto de los inversores, lo que se retroalimenta en sus balances.
Además, las crisis de liquidez también pueden ser provocadas por la incertidumbre de los participantes del mercado sobre las actividades del mismo. En el contexto de una continua innovación en el mercado, muchos participantes a menudo se apresuran a participar antes de comprender plenamente los riesgos de los nuevos activos financieros, lo que puede hacer que huyan hacia activos más líquidos o familiares.
Durante una crisis de liquidez, muchos precios de activos caen bruscamente. Las crisis de liquidez, como la crisis financiera de 2007-2008 y la crisis de LTCM de 1998, han provocado desviaciones de la “ley del precio único”, lo que significa que valores casi idénticos se negocian a precios diferentes. En este caso, debido a la fuerte reducción de la liquidez, los inversores pueden verse obligados a vender activos a precios más bajos, lo que agravará aún más la inestabilidad del mercado.
Las políticas gubernamentales pueden desempeñar un papel importante para aliviar las crisis de liquidez. Una forma de hacerlo es comprar activos ilíquidos y proporcionar en su lugar activos líquidos garantizados por el gobierno. Las políticas existentes podrían ser medidas preventivas proactivas, como establecer requisitos mínimos de capital para las instituciones financieras o topes a la relación deuda-capital. Esto ayudará a mejorar la resiliencia del balance.
Además, los expertos sugieren que los bancos centrales deberían ofrecer seguros contra caídas durante las crisis de liquidez o intervenir como prestamistas de última instancia. La intervención adecuada puede impulsar los precios de los activos, reducir los rendimientos de los bonos y aliviar los problemas de financiación en una crisis.
Sin embargo, estas intervenciones políticas también tienen costos, por lo que los economistas advierten que el papel de prestamista de última instancia debe ejercerse solo en circunstancias extremas y debe ser decidido con flexibilidad por el gobierno en función de las circunstancias específicas.
Crisis de liquidez en los mercados emergentesAlgunos economistas creen que la liberalización financiera y las entradas de capital extranjero a corto plazo pueden exacerbar la crisis de liquidez de los bancos. En este contexto, "liquidez internacional" se refiere a la cantidad en que las obligaciones financieras a corto plazo de un país denominadas en moneda extranjera/fuerte exceden la cantidad total de moneda extranjera/fuerte a la que puede acceder rápidamente. En tales circunstancias, un pánico autocumplido podría fácilmente conducir a una crisis financiera mayor, especialmente para los mercados emergentes con acceso limitado a los mercados de capital globales.
En el nuevo entorno de mercado, cuando los inversores pierden la confianza en el mercado, la liquidez disminuirá rápidamente, lo que puede conducir directamente a crisis financieras y monetarias. En este caso, ¿cómo se puede resolver la causa raíz de la crisis de liquidez?