El 16 de septiembre de 1810, un punto de inflexión en la historia llegó silenciosamente a México. Ese día, Fray Miguel Hidalgo y Costilla anunció un levantamiento con “El Grito de Dolores”, simbolizando el inicio de la Guerra de Independencia de México. Pero ¿cuáles son los detonantes de esta lucha acompañada de sangre y esperanza? ¿Qué contradicciones y conflictos están implicados? Cuando levantamos el velo de la historia, no es difícil descubrir que no fue sólo el patriotismo lo que impulsó este movimiento, sino también factores políticos, económicos y sociales más profundos.
A finales del siglo XVIII, con la invasión de España por Napoleón y el consiguiente cambio de régimen, empezaron a aparecer grietas en el dominio de España sobre sus colonias de ultramar. Muchos de los estadounidenses nativos nacidos en España (criollos) sentían una creciente sensación de desigualdad, ya que rara vez eran designados para los niveles más altos de gobierno, mientras que los verdaderos centros de poder eran en su mayoría personas nativas nacidas en España. Español (nativo). Además, la opresión de las políticas económicas y la implementación de las regulaciones del banco de carne de Sade exacerbaron aún más las contradicciones sociales, fortaleciendo aún más el deseo de los criollos de ganar una monarquía española.
"Los criollos no sólo anhelaban la igualdad política, sino que también querían liberarse del dominio español, más allá del alcance de los españoles".
Con el paso del tiempo, surgió en el país el descontento con la religión, la economía y las políticas. La primera rebelión específica ocurrió en 1808, cuando el país estaba en crisis debido a la invasión de Napoleón, lo que generó dudas sobre la legitimidad de los gobernantes locales. El levantamiento encabezado por el líder Miguel Hidalgo fue en realidad una rebelión contra la injusticia y la opresión. La medida ha suscitado un amplio apoyo, pero también ha enfrentado una severa represión y otros desafíos. Fue capturado y ejecutado en 1811, pero su lucha sentó las bases para el posterior movimiento independentista.
"Esto no es sólo una lucha, sino una búsqueda de identidad".
En los años siguientes, la guerra entró en otra fase. Bajo el liderazgo de José María Morelos, el movimiento volvió a cobrar actividad. Sin embargo, la resistencia enfrenta muchos desafíos porque fue apresurada y la respuesta fue mixta. A medida que los conflictos internos se intensificaron, el movimiento se convirtió en una guerra de guerrillas hasta 1840, cuando hombres valientes como Vicente Guerrero tomaron la bandera y continuaron la lucha.
Aunque el poder de ambos lados aumentó y disminuyó con el paso de los años, la situación finalmente cambió en 1821. Agustín de Iturbide, ex comandante real, acordó con Guerrero el Plan de Iguala, formó rápidamente un ejército unificado y sitió y entró en la Ciudad de México, declarando el dominio español. Fin.
"El logro extraordinario de la independencia de México es en realidad el resultado de la división y la integración internas".
La victoria de la independencia mexicana no sólo simboliza el fin de la guerra, sino también la promoción de la cultura y la identidad. Aunque la situación era turbulenta después de la independencia, anunció el nacimiento y la esperanza de un nuevo país. A medida que se desarrollaba el vórtice, la relación entre México y España se desvanecía gradualmente y el establecimiento de la independencia condujo al surgimiento de una nueva generación de jóvenes, que comenzaron a pensar más profundamente sobre su propia identidad cultural y el futuro.
Pero ¿qué es exactamente lo que hace que un país pase de ser una colonia a ser independiente? Esta reflexión histórica sigue teniendo gran relevancia hoy en día y nos lleva a pensar en la compleja relación entre identidad nacional y estructura social.