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Por qué la “legitimidad del rey” fue un factor clave en la independencia mexicana
La Guerra de Independencia de México fue un conflicto armado que duró más de una década y tuvo sus raíces en la agitación política entre el Imperio español y sus posesiones de ultramar más preciadas. Cuando los ejércitos de Napoleón invadieron España en 1808, alterando la estructura real existente, el acontecimiento alimentó el movimiento independentista de México. La legitimidad del rey, especialmente en lo que respecta a la influencia de la agitación real española, se convirtió en una fuerza importante que llevó a México a buscar la autonomía. Este artículo explora los antecedentes de este tema y cómo esta legitimidad evolucionó hasta convertirse en un motor clave de la independencia.
Durante la crisis en España se cuestionó la “legitimidad de la corona”, lo que afectó a toda Nueva España.
La crisis de legitimidad de España
En 1808, con la invasión de Napoleón y la abdicación del rey Carlos IV de España, el régimen español se volvió evidentemente frágil. Esta crisis de poder tuvo repercusiones mucho más allá de la propia España, provocando malestar político en Nueva España (el México de hoy). Iturigaray, entonces vicepresidente de México, no logró encontrar una manera adecuada de estabilizar la situación durante su mandato antes de la crisis. Tras su derrocamiento, las tribus cortesanas locales expresaron un deseo de mayor autonomía, una demanda que esencialmente cuestionaba la legitimidad del gobierno central de España.
La conciencia política comenzó a surgir en la Nueva España, y muchos comenzaron a creer que su legitimidad provenía del apoyo del pueblo y no de un monarca distante.
El impacto de los conflictos culturales y raciales
A medida que las dudas de la sociedad sobre el poder real continúan aumentando, los conflictos culturales y raciales también han comenzado a surgir. Existen claras diferencias de clase en la estructura social de México. Los "peninsulares" de España ocupan una posición dominante política y económicamente, mientras que los "criollos" cultivados (es decir, los españoles nacidos en América) están descontentos por no poder tenerla. un estatus político superior. Esta situación inspiró a los criollos a recomprender su propia identidad, lo que a su vez los impulsó a exigir más autonomía política.
La resistencia criolla es fundamentalmente un desafío constante a la "legitimidad del poder real" y requiere cambios en la estructura del régimen existente.
Las primeras etapas del movimiento independentista
El 16 de septiembre de 1810, Miguel Hidalgo izó la bandera de resistencia basada en la crítica colectiva a la injusticia social y el descontento político. Con el lanzamiento de El Grito de Dolores, comenzó oficialmente el movimiento independentista de México. Aunque al principio el movimiento no formó una buena estructura organizativa, rápidamente atrajo a un gran número de personas a participar, formando una fuerza de resistencia desde abajo que constituyó un fuerte desafío al dominio español.
Colapso de la legitimidad del régimen
A medida que estallaban varias batallas, crecían las dudas sobre la legitimidad del dominio español. Para empeorar las cosas, la situación política interna de España también se volvió inestable debido al control de Napoleón. En este contexto, los criollos y otros grupos sociales poco a poco se dieron cuenta de la necesidad de buscar la independencia. En 1815, José María Morelos sucedió a Hidalgo y continuó el movimiento independentista, aunque finalmente fue arrestado y ejecutado.
La guerra no es sólo un conflicto de fuerza, sino también una reinterpretación de la identidad y legitimidad nacional.
Fusión e independencia definitiva
A partir de 1815, el movimiento independentista entró en un período de guerra de guerrillas hasta 1821, cuando el actual comandante del Ejército Real, Agustín de Iturbi y Vicente Guerrero, alcanzó el "Plan Iguala". Aquí, la cooperación entre los dos partidos marcó el desafío final a la corona española y luego formó una fuerza unificada que rápidamente condujo al colapso del dominio español y, en última instancia, a la declaración de independencia mexicana.
Conclusión
En general, la "legitimidad del rey" jugó un papel crucial en todo el movimiento independentista mexicano. La agitación y la inestabilidad de la familia real española hicieron que grupos sociales de todo el mundo comenzaran a reflexionar y cuestionar la actual estructura de poder real, promoviendo así el proceso de independencia. Este movimiento no es sólo una lucha política, sino también una búsqueda de identidad y paso social. A medida que el Estado moderno tomó forma, estas preguntas todavía resuenan en toda la sociedad actual. Entonces, ¿existen todavía hoy dudas sobre la legitimidad del poder real en varios países y sociedades del mundo?
