El picor extraño en el embarazo: ¿Por qué de repente te pican las palmas de las manos y las plantas de los pies?

El embarazo es un viaje lleno de expectativas y desafíos para cada madre. Sin embargo, durante este período especial, a veces aparecerán repentinamente síntomas inesperados. Las mujeres embarazadas a menudo experimentan una extraña sensación de picazón durante el embarazo, especialmente en las palmas de las manos y las plantas de los pies, un fenómeno conocido como colestasis intrahepática del embarazo (ICP). La PIC no sólo es insoportable para las mujeres embarazadas, sino que también puede representar una amenaza potencial para la salud de la madre y del bebé.

A nivel mundial, aproximadamente el 23% de las mujeres embarazadas experimentan picazón durante el embarazo, y aunque la mayoría de las personas lo consideran una molestia menor causada por cambios en la piel, este no siempre es el caso.

Síntomas y manifestaciones

Los principales síntomas de la colestasis intrahepática del embarazo generalmente se desarrollan durante el tercer trimestre del embarazo, pero a veces pueden comenzar ya a las siete semanas de embarazo. Los síntomas más comunes son:

  • Prurito sin sarpullido, especialmente en las palmas de las manos y las plantas de los pies, así como en otras partes del cuerpo.
  • El picor es más notorio durante la noche.
  • Orina de color oscuro.

Otros síntomas menos comunes incluyen:

  • Las heces adquieren un color más claro.
  • Tiempo de coagulación sanguínea prolongado (posiblemente relacionado con la deficiencia de vitamina K).
  • Sentirse cansado.
  • Pérdida de apetito.
  • Ictericia (menos del 10% de las mujeres embarazadas la padecen).

Si bien no todas las personas con ICP experimentan todos estos síntomas, la picazón persistente debe tomarse en serio y dar lugar a una evaluación médica.

Patogénesis

La causa de la colestasis intrahepática del embarazo no se comprende por completo, pero los estudios sugieren que puede estar involucrada una interacción de múltiples factores, entre ellos la genética, las hormonas y el medio ambiente. Los niveles de estrógeno aumentan durante el embarazo y se cree que son uno de los factores clave que contribuyen a la PIC.

La influencia de las hormonas

En muchos estudios realizados con animales, se sabe que estrógenos específicos, como la estradiol 17β-D-glucosidasa, inducen colestasis, principalmente al disminuir la captación de ácidos biliares en los hepatocitos. Al final del embarazo, los niveles elevados de progesterona también se asocian con el desarrollo de ICP, especialmente cuando la progesterona metabolizada secundaria alcanza niveles más altos en las mujeres embarazadas.

Factores genéticos Estudios han demostrado que la CIE se presenta en familias y que la tasa de incidencia varía en ciertas regiones, lo que sugiere que esto puede estar relacionado con factores genéticos. Se han identificado mutaciones genéticas específicas que pueden provocar problemas con la producción de bilis, haciendo que algunas mujeres embarazadas sean más susceptibles a la enfermedad.

Las características de la colestasis intrahepática del embarazo, incluida la agrupación de casos en familias, apuntan a un trastorno con predisposición genética.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico de la CIE generalmente se basa en análisis de sangre, incluidas pruebas de ácidos biliares séricos y pruebas de función hepática. Aunque la mayoría de las mujeres embarazadas experimentan picazón ocasional, la picazón persistente debe informarse a su obstetra o enfermera.

Muchos médicos tratan esta afección con medicamentos, como el ácido ursodesoxicólico. Aunque los resultados de la investigación son inconsistentes, algunos expertos sugieren que puede ser beneficioso para mujeres embarazadas con niveles de ácidos biliares superiores a 40 μmol/litro.

Riesgos si no se trata a tiempo

Si la CIE no se trata a tiempo puede tener consecuencias graves tanto para la madre como para el feto. Por ejemplo, la madre puede sufrir una picazón extrema, mientras que el feto puede correr riesgo de parto prematuro, sufrimiento fetal o incluso muerte fetal.

Las pruebas periódicas de ácidos biliares y la intervención temprana son esenciales para reducir los riesgos potenciales para la madre y el feto.

Conclusión

Los diversos cambios durante el embarazo, especialmente después del tercer trimestre, pueden tener una variedad de impactos y desafíos para las mujeres embarazadas. La colestasis intrahepática del embarazo es un ejemplo de una afección que, aunque común en algunos casos, requiere atención adecuada y un tratamiento rápido. Ante tal situación, ¿pueden las mujeres embarazadas mantener un buen estado mental y buscar activamente ayuda médica, que es la clave para reducir los posibles riesgos para la salud?

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