Los problemas de garganta afectan cada vez a más niños en los Estados Unidos, y uno de los problemas más comunes es el reflujo laringofaríngeo (LPR). La LPR implica el reflujo del contenido del estómago hacia la garganta y el tracto respiratorio superior y puede provocar una variedad de problemas de salud, especialmente en los niños. Esta enfermedad no sólo afecta la calidad de vida diaria de los niños, sino que también puede derivar en otros problemas de salud más graves, que merecen toda la atención de los padres.
LPR muestra síntomas únicos en los niños, que incluyen tos, ronquera, sibilancias, dolor de garganta, etc. Estos síntomas no sólo afectan la capacidad de comunicación del niño, sino que también pueden causar una variedad de complicaciones.
Se informa que la LPR afecta aproximadamente al 10% de la población de EE. UU., y la incidencia de la LPR llega al 50% entre personas con trastornos de la voz. Esto significa que muchos niños pueden estar sufriendo los efectos de esta condición sin siquiera saberlo.
Los síntomas de la LPR son diversos y el impacto en los niños es aún más significativo. Muchos niños afectados desarrollan tos y sibilancias persistentes, lo que puede causar dificultad para concentrarse o aprender. El ardor y el dolor de garganta también son problemas comunes que pueden hacer que el niño esté de mal humor o irritable.
Los expertos médicos señalan que la LPR puede provocar mal humor y aislamiento social, lo que puede afectar el rendimiento de los niños en la escuela.
En los bebés, las manifestaciones de LPR pueden ser más sutiles. Los síntomas comunes incluyen asma persistente, neumonía por aspiración y aumento de peso. Estos síntomas pueden hacer que los padres crean erróneamente que su hijo sólo tiene una enfermedad general e ignoren posibles problemas de LPR.
Aunque la LPR a menudo se considera un subtipo de enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), las diferencias entre ellas son significativas. Los síntomas principales de la LPR no suelen incluir necesariamente acidez de estómago, que es común en la ERGE. Muchos pacientes con LPR ni siquiera sienten acidez de estómago, sino que experimentan principalmente síntomas como malestar y carraspeo.
Las investigaciones muestran que entre los pacientes con LPR, alrededor del 87 % de los casos tendrán síntomas de tos y carraspeo, mientras que entre los pacientes con ERGE, menos del 5 % experimentarán estos síntomas.
La LPR es relativamente fácil de diagnosticar erróneamente porque sus síntomas a menudo se superponen con los de otras enfermedades respiratorias. Cuando los médicos diagnostican LPR, generalmente realizan una evaluación integral a través del historial médico, cuestionarios de síntomas y observación de las afecciones de la garganta. Este proceso puede resultar particularmente desafiante para los niños, que no pueden expresar sus sentimientos con claridad.
Las estrategias de tratamiento para la LPR a menudo incluyen modificaciones en la dieta, cambios de comportamiento y medicación. Para los niños, las recomendaciones dietéticas incluyen limitar la ingesta de alimentos picantes como el chocolate, las bebidas carbonatadas y las dietas ricas en grasas. Además, las modificaciones de comportamiento, como evitar acostarse inmediatamente después de comer, pueden ayudar a reducir los síntomas.
Los expertos enfatizan que los cambios en el estilo de vida pueden mejorar significativamente los síntomas de la LPR en muchos casos, y los padres deben participar activamente en la supervisión de los hábitos alimentarios y de vida de sus hijos.
Las investigaciones muestran que aún es necesario fortalecer la atención a la LPR, especialmente para los niños en desarrollo. Sus gargantas y órganos respiratorios se encuentran en etapa de crecimiento y desarrollo, y cualquier enfermedad inadecuada puede afectar su salud futura. Debido al daño potencial a largo plazo de la LPR, la comunidad médica continúa explorando opciones de tratamiento y métodos de diagnóstico temprano más efectivos.
Entonces, en el futuro, también podríamos preguntarnos: ¿Podemos identificar y controlar más eficazmente los problemas de garganta en los niños para proteger su crecimiento saludable?