Con la rápida expansión de las ciudades, la congestión del tráfico se ha convertido en un problema más grave, especialmente después de la construcción de nuevas carreteras; el plan original para mejorar el tráfico a menudo fracasa. Este fenómeno se denomina en economía "demanda inducida", lo que significa que un aumento de la oferta a menudo conduce a un aumento de la demanda, e incluso en algunos casos a un aumento de la congestión del tráfico. Cuando aumenta la capacidad de un sistema de transporte público o de una carretera, el número de pasajeros parece aumentar inmediatamente, a menudo de manera confusa.
La demanda inducida se considera el “gran agujero negro intelectual” de la planificación urbana, algo que casi toda persona reflexiva reconoce que existe pero que pocos están dispuestos a abordar.
La demanda inducida es un concepto importante en economía, que incluye la demanda latente y la demanda generada, y tiene como objetivo explicar los cambios en el comportamiento del consumidor cuando aumenta la oferta. En la planificación del transporte, el tráfico inducido generalmente se refiere al tráfico nuevo que se genera al construir nuevas carreteras o ampliar autopistas. Este nuevo flujo de tráfico se forma en parte porque las personas que solían viajar diariamente cambian sus patrones de viaje y fluyen hacia las carreteras recién abiertas, lo que causa congestión. Es posible que esta "demanda latente" haya estado acechando en los márgenes del sistema de transporte, esperando a ser activada.
Ya en la década de 1930, los expertos señalaron que la ampliación de las carreteras no sólo no aliviaría la congestión del tráfico, sino que incluso podría agravarla. Después de construir muchos puentes y autopistas en la ciudad de Nueva York, el famoso urbanista Robert Moses descubrió que las nuevas vías de tráfico se llenaban rápidamente, con lo que no se lograba el efecto de alivio original. El libro The Power Broker señala que añadir carreteras sólo crea aún más un círculo vicioso de tráfico.
Factores que influyen en la demandaMás autopistas sólo permiten que circulen más vehículos, lo que a la larga crea más congestiones y obliga a la gente a construir más carreteras.
Cuando se amplíe la capacidad del transporte público, inicialmente habrá más carreteras disponibles para viajar, lo que reducirá el tiempo de viaje. El resultado es que el coste del viaje se reduce enormemente, lo que incita a más personas a optar por conducir. Este fenómeno no se limita al tráfico nuevo, sino que también incluye el tráfico desviado desde otros tramos de la carretera. Para los viajeros apurados, llegar a tiempo sigue siendo una consideración importante, incluso con nuevas construcciones en la carretera.
Precio y elasticidad de la demandaLa elasticidad de la demanda de transporte radica en el impacto de los cambios de precios. En términos generales, el desplazamiento al trabajo presenta una demanda relativamente rígida debido a su necesidad. La demanda de viajes de ocio o sociales es relativamente elástica y, cuando los precios del petróleo suben, esta parte de la demanda puede caer rápidamente. Esto refleja las diferencias en la sensibilidad de la demanda para diferentes propósitos de viaje.
Si bien los planificadores consideran el crecimiento futuro del tráfico al planificar nuevas carreteras, estas cifras de crecimiento generalmente se basan en aumentos en la propiedad de automóviles y en la actividad económica, más que en el tráfico inducido que resultaría de las nuevas carreteras. Esto genera posibles fallos en el cálculo de las previsiones de tráfico, que no reflejan con precisión los cambios en los flujos de tráfico tras las distintas nuevas construcciones.
En contraste, Bogotá es un ejemplo exitoso de gestión de la demanda inducida mediante la inversión en carriles para bicicletas e infraestructura de transporte verde. La ciudad comenzó a construir carriles para bicicletas en 1974 y luego invirtió fuertemente para construir más de 300 kilómetros de carriles exclusivos para bicicletas, atrayendo con éxito a los ciudadanos a elegir la bicicleta para viajar, aliviando en gran medida los problemas de congestión del tráfico y reduciendo las emisiones de carbono.
Ante el empeoramiento de los problemas medioambientales y de tráfico, ¿qué decisiones debemos tomar en materia de planificación urbana? ¿Cómo encontrar un equilibrio entre demanda y sostenibilidad para que el transporte urbano pueda funcionar de forma más saludable?