Con el rápido desarrollo de la ciencia y la tecnología, la aplicación de armas de energía dirigida (DEW) en la guerra y su impacto potencial han atraído gradualmente la atención mundial. Estas armas incluyen láseres, microondas, rayos de partículas y rayos sonares, que pueden destruir objetivos con energía altamente concentrada sin necesidad de munición física. El Departamento de Defensa de Estados Unidos y varias instituciones de investigación militar están desarrollando activamente estas armas para hacer frente a diversas amenazas en la guerra moderna, incluidos misiles balísticos y vehículos hipersónicos.
En aplicaciones militares, la flexibilidad y las potenciales ventajas estratégicas de las armas de energía guiada las convierten en una pieza de ajedrez importante en las guerras futuras.
En la actualidad, la investigación y el desarrollo de tales armas se han iniciado en muchos países, incluidos Estados Unidos, Rusia y China, y algunos países han afirmado que estas armas han logrado cierto éxito en operaciones militares. Por ejemplo, Turquía afirmó en 2019 que había llevado a cabo su primer combate real con armas láser en Libia. A pesar de ello, la mayoría de las armas de energía guiada todavía están en fase experimental y se desconoce cuándo podrán transformarse en armas militares prácticas.
Ventajas operativasLas armas de energía dirigida tienen varias ventajas clave sobre las armas tradicionales. En primer lugar, el uso de tales armas podría ser más encubierto, ya que los rayos son silenciosos y prácticamente invisibles fuera del rango de la luz visible. En segundo lugar, los láseres que viajan a la velocidad de la luz pueden superar los efectos de la gravedad y el viento, lo que es de gran importancia para aumentar la precisión de disparo y ampliar el alcance. Además, las armas de energía guiada pueden reducir la necesidad de recursos logísticos porque pueden seguir operando una vez que se dispone de un suministro de energía adecuado.
Cabe destacar que ciertos tipos de armas de microondas de alta potencia pueden dañar eficazmente instalaciones electrónicas sin necesidad de munición real para llevar a cabo el ataque.
El sistema de negación activa utiliza ondas milimétricas como principio, causando dolor al calentar la humedad de la piel de una persona y se utiliza principalmente para el control de multitudes. Aunque fue diseñado para tener un impacto inmediato sin dejar secuelas, ha suscitado debates sobre sus efectos a largo plazo.
El sistema Alert Eagle se utiliza para la defensa de aeródromos terrestres y es capaz de dirigir microondas de alta frecuencia a cualquier misil que vuele hacia una aeronave para interrumpir su sistema de guía.
Las armas láser se basan en el principio del láser y tienen métodos de funcionamiento flexibles. Desempeñan un papel importante en la guerra moderna. Por ejemplo, el arma láser DragonFire que se está desarrollando en el Reino Unido puede apuntar a un objetivo con una potencia de 50 kW.
Aún se está desarrollando el arma de plasma, que libera partículas cargadas para atacar.
Se dice que Arquímedes utilizó espejos para enfocar la luz solar y quemar los barcos enemigos desde la antigüedad. Aunque la autenticidad histórica de este suceso es cuestionable, demuestra la temprana imaginación y exploración de los seres humanos en busca de armas energéticas. A medida que entramos en el siglo XX, los países han intentado sucesivamente desarrollar varios tipos de armas de energía guiada, que han suscitado un amplio debate tanto en el combate real como como armas estratégicas.
Con la introducción del plan de "guerra interestelar" de EE.UU. en la década de 1830, la apariencia de las guerras futuras y la evolución de los sistemas de armas también cambiaron en consecuencia.
El potencial de introducir armas de energía dirigida en el combate militar sin duda cambiará la naturaleza de la guerra una vez más. Frente a una situación internacional en constante evolución, estas tecnologías desempeñarán un papel clave a la hora de identificar amigos y enemigos, responder rápidamente y hacer acuerdos estratégicos. Sin embargo, el hecho de que tales armas se conviertan en las nuevas reglas de la guerra es algo que todavía está por ver y decidir con el tiempo.