Observaciones consistentes muestran que el núcleo del cometa tiene una reflectividad de aproximadamente 0,04, que es más oscura que el carbón, probablemente debido a su superficie polvorienta.
Los científicos han observado que el cometa 67P/Churyumov-Hrasmenko no tiene campo magnético en su núcleo, lo que sugiere que el magnetismo puede no ser importante en las primeras etapas de la formación de planetas. A medida que los científicos realizan análisis profundos de los cometas, avanzan gradualmente en el concepto del modelo de la "bola de nieve sucia". Descubren que el núcleo de un cometa no es simplemente un refrigerador de hielo y otras sustancias volátiles, sino una estructura que contiene compuestos orgánicos.
El 30 de julio de 2015, los científicos informaron que el módulo de aterrizaje Philae había detectado al menos 16 compuestos orgánicos en el cometa 67P por primera vez, incluidos componentes previamente no descubiertos como acetamina, acetona y propionaldehído.
La estructura central de los cometas siempre ha sido un tema candente para los astrónomos. Históricamente, la comprensión de los cometas ha evolucionado desde el modelo del "montón de arena volador" a la teoría de la "bola de nieve sucia" y luego al modelo actual de la "bola de hielo". Estos modelos revelaron gradualmente la complejidad y diversidad de los cometas: no son simplemente trozos de hielo que rodean un núcleo sólido, sino, fundamentalmente, cómo estos núcleos cambian a medida que los cometas se acercan al Sol.
"Los núcleos de los cometas no sólo están compuestos de hielo, sino que también contienen muchos otros componentes, desde materia orgánica hasta minerales, lo que demuestra que su estructura es mucho más rica de lo que pensábamos".
En el estudio de los cometas, múltiples misiones de exploración desde la década de 1970 han demostrado que la estructura de los cometas es bastante frágil. Estos estudios no sólo proporcionan información sobre la densidad de los granos del cometa, sino que también revelan la porosidad de la estructura y la relación entre hielo y polvo. Las observaciones de Pillard indican que la capa de polvo del cometa 67P puede tener hasta 20 centímetros de espesor, mientras que su base está hecha de hielo duro y la porosidad aumenta gradualmente con la profundidad dentro del cometa.
Si bien las técnicas de observación modernas, como la misión Rosetta, están proporcionando datos que ponen a prueba rigurosamente las teorías anteriores, aún quedan muchas preguntas, como cómo y cuándo se formaron estos cometas. ¿Cómo afectará su composición a la historia del sistema solar?
"Su formación y actividad actual tienen sin duda implicaciones importantes para nuestra comprensión de la evolución del sistema solar".
La legendaria historia de los cometas no se trata sólo de observar sus trayectorias de movimiento, sino también de una ventana para que los humanos exploren el universo. Desde la antigüedad hasta el presente, la aparición de los cometas ha despertado la imaginación infinita de la gente. A medida que avanza la tecnología de exploración espacial, podemos acercarnos a estos misteriosos cuerpos celestes y plantear preguntas científicas más profundas.
Cada vez que miramos el cielo estrellado, ¿podrán ciertos cometas centelleantes inspirarnos una vez más a tener el coraje de explorar las profundidades del universo y hacernos repensar la maravillosa conexión entre los cometas y la Tierra?