"Las personas con un duelo persistente están inmersas en el dolor y continúan experimentando sentimientos de pérdida, a menudo hasta el punto de una angustia clínicamente significativa".
Los estudios han demostrado que el DGP puede provocar una variedad de síntomas, que incluyen, entre otros, depresión, entumecimiento emocional, soledad y dificultad para manejar las relaciones interpersonales. A muchos pacientes a menudo les resulta difícil aceptar el hecho de la pérdida y piensan repetidamente en la partida de sus seres queridos, anhelando reunirse con ellos.
“Los síntomas del DGP varían ampliamente dependiendo de la cercanía de la relación con la persona fallecida y suelen ser más graves en los cónyuges, los padres y los hijos”.
El dolor emocional que sienten muchas personas que experimentan DGP puede estar estrechamente relacionado con el nivel de intimidad y el modo de pérdida. La probabilidad de desarrollar PGD aumenta significativamente cuando la muerte ocurrió de manera violenta, como suicidio o asesinato.
Criterios diagnósticosSegún el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Quinta Edición (DSM-5-TR), para ser diagnosticado con TGP, se deben cumplir las siguientes condiciones:
“Los síntomas del duelo prolongado incluyen entumecimiento emocional, una sensación de pérdida de sentido en la vida y una intensa soledad”.
El impacto combinado de estos síntomas no sólo causa un deterioro significativo en el funcionamiento del individuo, sino que también se manifiesta como una incapacidad para mejorar emocionalmente.
El tratamiento para el DGP es un proceso difícil pero necesario. El tratamiento preferido es la psicoterapia centrada en el duelo, especialmente la terapia de continuidad del duelo, que ha demostrado buenos resultados. Aunque se pueden considerar los medicamentos antidepresivos, no se recomienda tomarlos por sí solos para aliviar los síntomas relacionados con el duelo y deben combinarse con psicoterapia.
“Aceptar la irreversibilidad de la muerte se considera un requisito previo para una mayor aceptación y comprensión de la pérdida”.
Además, aunque la terapia de grupo puede ayudar a algunas personas, su eficacia en comparación con otros tratamientos es controvertida y puede no ser apropiada para todos.
Los antecedentes socioculturales a menudo afectan la presentación y el tratamiento del DGP. Ciertas culturas tienen expectativas inherentes sobre las reacciones al duelo. El estudio encontró que cuanto más cercana era la relación con el fallecido, mayor era el riesgo de padecer DGP.
"En algunas culturas, el duelo prolongado puede considerarse normal, lo que dificulta la identificación del TGP".
A medida que pasa el tiempo, la comprensión y la aceptación del duelo cambian, y la comprensión de la sociedad sobre el duelo crónico continúa evolucionando.
En el pasado, la discriminación social y el estigma que eran comunes en el duelo todavía afectan a quienes lo atraviesan hoy. ¿Puede la aparición de la definición y el diagnóstico del trastorno de duelo continuo mejorar aún más esta situación?