En la vida, cuando nos enfrentamos a la pérdida de un ser querido, el dolor es un sentimiento que cada uno de nosotros experimentará. Sin embargo, algunas personas luchan con un duelo más allá de lo común, una condición psicológica conocida como trastorno de dolor persistente (PGD) o duelo complicado.
Según el último manual de diagnóstico de salud mental, el PGD se define como un trastorno psicológico acompañado de anhelo intenso, pérdida emocional y una incapacidad para aceptar la pérdida.
Muchas personas experimentan un duelo prolongado tras perder a un ser querido. Este sentimiento no sólo afecta a nivel emocional, sino que incluso interfiere en la vida diaria. Muchos estudios indican que este estado a menudo implica un profundo vínculo emocional con una persona fallecida, y que la forma y las circunstancias de la pérdida también pueden influir en las respuestas emocionales.
El viaje emocional suele ser más complicado de lo que la gente imagina. Las tragedias o acontecimientos repentinos, como accidentes o suicidios, pueden provocar reacciones psicológicas más profundas.
Según los psicólogos, cuando se pierde a un ser querido, es difícil dejar atrás sus recuerdos y emociones inacabadas. Es posible que muchas personas no puedan aceptar los hechos y, a menudo, piensan en el trágico proceso una y otra vez, queriendo una explicación clara o esperando reunirse nuevamente con sus viejos amigos.
Los síntomas del PGD no se limitan a problemas emocionales, sino que también pueden causar una variedad de enfermedades físicas y mentales, incluido entumecimiento emocional, alta ansiedad e incluso pensamientos suicidas. Este tipo de situaciones reduce enormemente la calidad de vida del paciente y dificulta el establecimiento de relaciones normales con los demás.
Un estudio demostró que la incidencia de PGD entre personas perdidas que experimentaron una muerte violenta llegaba al 70%.
El tratamiento del dolor persistente se realiza principalmente mediante psicoterapia, especialmente terapia específica para el duelo. Esta terapia está diseñada para ayudar a las personas a aceptar su pérdida y reconstruir gradualmente sus vidas. Los médicos suelen animar a los pacientes a procesar sus emociones y aprender a reconectarse con el mundo que les rodea.
Además de la psicoterapia profesional, el sistema de apoyo que lo rodea también es extremadamente importante. La compañía y la comprensión de familiares y amigos pueden ayudar a la persona en duelo a salir gradualmente de las sombras. Por ejemplo, participar en un grupo de apoyo o compartir experiencias con otras personas que han experimentado pérdidas similares puede reducir sus sentimientos de aislamiento.
El dolor de la pérdida puede durar toda la vida, y la forma en que la afrontamos es crucial para comprender la separación entre la vida y la muerte.
Perder a un ser querido es increíblemente doloroso y, para muchas personas, la tristeza puede durar años. Cuando te quitan una parte de tu vida, reconstruir tu identidad y tu vida normal es sin duda un desafío difícil. Durante este proceso, ¿puedes reflexionar sobre qué tipo de apoyo y ayuda pueden promover tu recuperación o la recuperación de quienes te rodean?