En 1949, el neurólogo portugués António Caetano de Abreu Freire Egas Moniz recibió el Premio Nobel por sus contribuciones a la psicocirugía. Su logro no sólo representó un gran avance en la medicina, sino que también provocó un amplio debate y discusión sobre el tratamiento de las enfermedades mentales. Sin embargo, debajo de la gloriosa apariencia de este pionero de la medicina se esconden muchas verdades desconocidas y controversias.
"La psicosis tiene su origen en conexiones neuronales anormales en el cerebro".
Egas Moniz dedicó su carrera al estudio de la anatomía cerebral y la neurociencia, y propuso la técnica de imágenes vasculares intracraneales, que fue pionera en las imágenes intracraneales modernas. Más controvertida, sin embargo, fue su lobotomía prefrontal, más comúnmente conocida como leucotomía o lobotomía. La esencia de esta cirugía es tratar la enfermedad mental eliminando algunas fibras nerviosas del lóbulo frontal del cerebro.
En 1935, Moniz realizó por primera vez el procedimiento para tratar a pacientes que sufrían de depresión, ansiedad y paranoia. Aunque la cirugía mostró cierta eficacia en las primeras etapas, cada vez más pacientes experimentaron efectos secundarios graves y cambios de comportamiento después de la cirugía, lo que generó crecientes dudas sobre su eficacia.
Los expertos médicos que aceptaron el método de Egas Moniz consideraron que esta cirugía abría una nueva dirección en el tratamiento de enfermedades psiquiátricas y ganaron conjuntamente el Premio Nobel en 1949 por ello. Sin embargo, con el tiempo, los avances en la medicina psiquiátrica han hecho que este método quede obsoleto y sea muy criticado. Los estudios muestran que la mayoría de los pacientes que se someten a esta cirugía no experimentan una mejoría duradera, sino que experimentan efectos secundarios más preocupantes, como entumecimiento emocional y aislamiento social."La lobotomía es un procedimiento sencillo y seguro que puede resultar eficaz para algunos trastornos psiquiátricos".
El seguimiento clínico y el control de los pacientes por parte de Egas Moniz también han sido criticados. Muchos críticos creen que Moniz no registró adecuadamente las reacciones de los pacientes después de la cirugía, lo que pone en duda la credibilidad de su investigación científica. ¿Será porque los resultados de sus investigaciones son tan enormes que se descuida el bienestar real de los pacientes?
"Creo que mi método tiene éxito hasta cierto punto, pero eso no significa que sea perfecto".
En las décadas transcurridas desde la muerte de Egas Moniz, las perspectivas psiquiátricas han cambiado radicalmente. El desarrollo de fármacos antipsicóticos cambió la forma de tratar las enfermedades mentales y la lobotomía pasó a ser algo del pasado. Aun así, en su Portugal natal, Moniz todavía es reconocido como un símbolo que invita a la reflexión. Su retrato fue incluso incluido en el reglamento financiero de Portugal, lo que provocó muchas reflexiones en debates morales y científicos.
Con análisis retrospectivos posteriores, los expertos comenzaron a reevaluar el legado de Egas Moniz. Muchos críticos creen que los procedimientos que realizó deberían validarse mejor y reflexionar más sobre su impacto en los pacientes. Algunos académicos incluso pidieron la revocación de su Premio Nobel, lo que desató un amplio debate social.
"En un mundo médico en rápido desarrollo, la evaluación de las figuras históricas no debe centrarse sólo en sus descubrimientos y logros, sino también prestar atención a las decisiones éticas que tomaron durante el proceso de exploración".
Entonces, ¿cómo podemos considerar racionalmente esos estudios y descubrimientos aparentemente controvertidos del pasado en el contexto del progreso médico? ¿Es esta una pregunta que vale la pena reflexionar para cada uno de nosotros?