Un aneurisma aórtico abdominal (AAA) es un agrandamiento localizado de la aorta abdominal que mide más de 3 cm de diámetro o más del 50% de su tamaño normal. Esta afección generalmente no presenta síntomas cuando no está rota, pero puede ser potencialmente mortal durante una ruptura. La razón es que el deterioro del aneurisma aórtico abdominal y su alta tasa de ruptura han atraído una atención generalizada y planteado muchos desafíos a la comunidad médica.
Los aneurismas aórticos abdominales tienen un riesgo extremadamente alto de ruptura, especialmente cuando el diámetro es mayor de 7 cm, la tasa de ruptura puede ser tan alta como 33%. Según las investigaciones, la tasa de mortalidad de los pacientes después de una rotura es tan alta como el 85% al 90%.
Según las estadísticas, el aneurisma de la aorta abdominal se presenta principalmente en hombres, personas mayores de 50 años y personas con antecedentes familiares de la enfermedad. Además, el tabaquismo, la hipertensión arterial y ciertas enfermedades cardiovasculares también son factores de riesgo. Los factores genéticos, como el síndrome de Marfan y el síndrome de Earls-Danlos, también aumentan la probabilidad de desarrollar la enfermedad.
Los síntomas del aneurisma aórtico abdominal generalmente no son obvios y muchos pacientes ya han progresado a una etapa muy grave cuando se descubre. En algunos casos, los pacientes pueden experimentar dolor en el abdomen, la espalda o las piernas.
Un aneurisma aórtico abdominal roto puede provocar síntomas graves, como dolor abdominal intenso, presión arterial baja y pérdida del conocimiento, y a menudo va acompañado de riesgo de muerte.
Las complicaciones incluyen ruptura, embolia periférica y oclusión aórtica aguda, todas las cuales pueden tener consecuencias potencialmente mortales. Los estudios han demostrado que entre el 65% y el 75% de los pacientes pueden morir antes de llegar al hospital antes de sufrir la ruptura.
La causa exacta del aneurisma aórtico abdominal no se comprende por completo, pero existen varios factores de riesgo conocidos. Un estudio mostró que más del 90% de los pacientes con aneurisma aórtico abdominal tenían antecedentes de tabaquismo, lo que enfatiza la importancia de dejar de fumar. Además, los factores genéticos también juegan un papel clave en el desarrollo de la enfermedad.
El aneurisma aórtico abdominal presenta un claro fenómeno de agrupamiento en las familias, y el riesgo de los miembros masculinos de la familia es de cuatro a seis veces mayor que el de los miembros femeninos de la familia.
La aterosclerosis se considera una de las principales causas del aneurisma aórtico abdominal, mientras que la hipertensión y otras enfermedades cardiovasculares pueden exacerbar la afección.
El diagnóstico de un aneurisma aórtico abdominal generalmente se realiza mediante un examen físico, una ecografía o una tomografía computarizada. Muchos países recomiendan la realización de pruebas de detección para poblaciones específicas. Por ejemplo, en los Estados Unidos, los hombres de 65 a 75 años que tengan antecedentes de tabaquismo deben someterse a ecografías abdominales periódicas. Se ha demostrado que esta estrategia reduce significativamente el riesgo de muerte.
El método de detección específico se puede ajustar según el estado de salud del individuo para garantizar la accesibilidad y la eficacia.
Para los aneurismas aórticos abdominales asintomáticos, las opciones de tratamiento incluyen tratamiento y seguimiento conservadores, con reparación quirúrgica cuando sea necesario. Generalmente se recomienda cirugía cuando el aneurisma aórtico abdominal mide más de 5,5 centímetros de diámetro o cuando aparecen síntomas. Las opciones quirúrgicas incluyen cirugía abierta o reparación endovascular (EVAR). Aunque los riesgos a corto plazo de la reparación endovascular son menores, los resultados a largo plazo son similares a los de la cirugía abierta tradicional.
Los estudios han demostrado que la reparación abierta y la reparación endovascular tienen sus propias ventajas y desventajas en términos de recuperación posoperatoria, y la elección debe hacerse en función de las circunstancias específicas del paciente.
Además, en algunos casos especiales, como los aneurismas causados por una infección, pueden requerirse opciones de tratamiento específicas. Los aneurismas pequeños pero de rápido crecimiento requieren una vigilancia estrecha.
El aneurisma aórtico abdominal es un problema de salud altamente mortal, pero el riesgo se puede reducir mediante una detección temprana y un tratamiento oportuno. Sin embargo, ¿somos plenamente conscientes de este peligro oculto y tomamos medidas positivas para prevenir tragedias evitables?