El conflicto del sur del Líbano de 1978, también conocido como la primera invasión israelí del Líbano, recibió el nombre en código Operación Litani. El estallido de esta operación militar no sólo reformó el panorama político de la región, sino que también conmocionó a todo Oriente Medio. La invasión fue un acto de represalia por la masacre en el bulevar costero cerca de Tel Aviv, llevada a cabo por militantes palestinos afincados en Hong Kong, que se saldó con la pérdida de miles de vidas y desplazamientos generalizados.
Se estima que el número de muertos causado por este conflicto oscila entre 1.100 y 2.000, incluidos más de 350 militantes palestinos y muchos civiles libaneses inocentes.
El conflicto en el sur del Líbano no es un incidente aislado, sino una continuación del conflicto de larga data entre Israel y Palestina. En la década de 1970, debido a la derrota de Septiembre Negro, más de 3.000 militantes palestinos huyeron al Líbano y establecieron allí un cuasi Estado. Los militantes comenzaron a utilizar el Líbano como base para atacar a Israel, lanzando una serie de ataques en el norte de Israel.
El 14 de marzo de 1978, Israel lanzó la Operación Litani, cuyo objetivo principal era expulsar a la Organización de Liberación de Palestina (OLP) y otras fuerzas armadas y apoyar a su entonces aliado, el Ejército del Sur del Líbano. En ese momento, las Fuerzas de Defensa de Israel desplegaron unos 25.000 soldados y rápidamente ocuparon la mayor parte del sur del Líbano después de un ataque de una semana.
Los bombardeos aéreos y de artillería israelíes causaron un gran número de víctimas civiles y provocaron desplazamientos internos a gran escala.
Durante la batalla, los objetivos eran principalmente bastiones de la OLP, pero debido a que el ejército palestino ya se había retirado temprano, las FDI no pudieron enfrentarse a un gran número de tropas de la OLP. Por el contrario, las víctimas civiles y los daños a la infraestructura han tenido consecuencias irreparables.
Poco después de este conflicto, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 425, exigiendo que Israel retire sus tropas y establezca la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas (FPNUL) para garantizar la paz y la seguridad en la región. Sin embargo, la resolución no logró poner fin inmediatamente a las hostilidades. Las operaciones militares israelíes continuaron durante varios días hasta que Israel declaró un alto el fuego.
Esta resolución no sólo no logró sofocar el conflicto, sino que expuso aún más la fragilidad del movimiento de resistencia palestino.
El conflicto del sur del Líbano en 1978 no fue sólo una operación militar, sino también un punto de inflexión en la situación geopolítica en todo el Medio Oriente. El estallido del conflicto atrajo la atención internacional hacia la cuestión de Israel y Palestina y preparó el escenario para muchos conflictos posteriores, como la segunda invasión israelí del Líbano en 1982. En las próximas décadas, la zona fronteriza entre el Líbano e Israel seguirá siendo turbulenta y se convertirá en un punto crítico para operaciones militares multipartidistas.
En última instancia, tenemos que preguntarnos: ¿Existen tensiones históricas y políticas más profundas subyacentes a este conflicto que aún no se han erradicado?