La cultura organizacional es un concepto extremadamente influyente que impregna todos los aspectos de las escuelas, las empresas, las agencias gubernamentales y las organizaciones sin fines de lucro. Una cultura organizacional saludable y positiva inspira la innovación, aumenta la satisfacción de los empleados y, en última instancia, mejora el desempeño general. Según Gallup, solo el 22% de los empleados estadounidenses se sienten conectados con la cultura de su organización. En realidad, esto revela las fallas culturales y los desafíos que existen en muchas organizaciones.
La cultura organizacional es más que una mera descripción de cómo se realiza el trabajo; también determina cómo se comportan y piensan los empleados.
Tal como la definen los sociólogos y los teóricos organizacionales, la cultura organizacional puede considerarse como el patrón básico de supuestos que los miembros adquieren y comparten frente a los desafíos internos y externos. Esta cultura no sólo afecta la forma en que las personas interactúan, sino que también determina cómo se toman o no las decisiones. Esto nos hace preguntarnos: ¿por qué algunas organizaciones logran aprovechar su cultura para impulsar la innovación mientras que otras se estancan?
Diversidad cultural e innovaciónLas diferentes culturas organizacionales pueden clasificarse como centradas en lo externo o en lo interno. Las culturas que valoran la capacidad de respuesta a los clientes y las partes interesadas tienden a ser resilientes al cambio, mientras que las culturas orientadas internamente pueden estar más centradas en el cumplimiento y la seguridad de los empleados. La fortaleza de esta cultura también afectará significativamente las capacidades de innovación de la organización. Una cultura fuerte generalmente fortalece el cumplimiento de las normas por parte de los miembros a través de celebraciones, políticas, etc. Las investigaciones muestran que las organizaciones con culturas fuertes tienden a tener más éxito.
En un equipo, incluso si los miembros tienen opiniones diferentes, no cuestionarán las opiniones existentes. Este es el impacto negativo del "pensamiento grupal".
El concepto de "pensamiento de grupo" resalta la tendencia de los miembros de grupos altamente cohesionados a abandonar la evaluación honesta de sus opciones para alcanzar un consenso. Este fenómeno supone un desafío para la innovación, especialmente en un momento en que cada vez más organizaciones dependen de un número reducido de líderes. Para romper este patrón, los líderes necesitan fomentar diferentes perspectivas y crear un entorno inclusivo donde cada miembro pueda expresar sus ideas.
El impacto de la epidemia en la cultura organizacionalLa pandemia de COVID-19 se ha convertido en un catalizador de un cambio cultural, y muchas organizaciones están tomando medidas para incorporar la resiliencia a su cultura. Durante este período, las herramientas digitales se han convertido en un medio alternativo de comunicación y muchas empresas han descubierto que el ajuste cultural de sus empleados se ha visto afectado por la ausencia de interacciones cara a cara. Las culturas que enfatizan la innovación están más dispuestas a cambiar que las culturas tradicionales y mantienen a sus miembros involucrados en el proceso.
Una cultura organizacional eficaz mejora el sentido de propósito de los empleados y los alienta a trabajar hacia objetivos comunes.
Construir una cultura organizacional saludable puede traer diversos beneficios a la organización, incluidas ventajas competitivas en innovación y servicio al cliente. Para mejorar la cultura, los líderes deben demostrar un fuerte deseo y visión de cambio y garantizar que todos estén alineados hacia ese objetivo. Además, el cambio cultural lleva tiempo y los miembros de la organización necesitan adaptarse a nuevas formas de trabajar y patrones de comportamiento.
ConclusiónEl impacto de la cultura organizacional es evidente. Una buena cultura puede promover la innovación y mejorar el compromiso de los empleados. Sin embargo, cómo mantener la competitividad y la innovación a largo plazo en esta era de rápidos cambios es una pregunta que toda organización debe considerar. ¿Puede su cultura organizacional ser un catalizador para la innovación?