El océano, con su enorme tamaño y profundidad, es la mayor reserva de energía térmica de la Tierra, un fenómeno que afecta no sólo al clima sino también al equilibrio del ecosistema. Según las estadísticas, de 1971 a 2018, el aumento del almacenamiento de energía térmica oceánica representó más del 90% del exceso de energía térmica de la Tierra, cuya principal causa fue el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero provocadas por las actividades humanas. Estos datos reflejan el impacto de los seres humanos en el medio ambiente natural y el importante papel del océano en la regulación del clima global.
La capacidad del océano para absorber energía solar supera con creces la de la atmósfera, lo que significa que incluso los primeros metros de agua superficial pueden almacenar más energía que toda la atmósfera.
A medida que aumentan las temperaturas de los océanos, el calor continúa aumentando en muchas regiones oceánicas; los datos de 2023 muestran una vez más temperaturas récord en los océanos del mundo. Especialmente en las regiones del Pacífico Norte, el Atlántico Norte y el Mediterráneo, las temperaturas del mar han alcanzado su punto más alto en sesenta años. La capacidad calorífica del agua es mucho mayor que la de los gases atmosféricos, lo que convierte al océano en una fuente de almacenamiento y liberación continua de energía térmica.
Los cambios en el contenido térmico de los océanos afectan no sólo al clima sino también a los ecosistemas. La flora y fauna marina, especialmente las comunidades costeras que dependen de los ecosistemas marinos, se ven afectadas directamente por factores como el aumento del nivel del mar y los cambios en el hielo marino, que también provocan la migración de especies. En datos registrados continuamente durante décadas, los cambios de temperatura en las profundidades del océano también revelan el profundo impacto del calentamiento global en el medio marino.
La energía térmica del océano no sólo afecta al clima, sino que también tiene un impacto directo en la biodiversidad. La acumulación de calor oceánico es un factor importante que impulsa el cambio climático.
El cálculo de la energía térmica del océano requiere la medición de la temperatura del agua del mar en varios lugares y profundidades para obtener datos precisos. Actualmente existen métodos bastante técnicos para estudiar el contenido térmico del océano, como el uso de boyas robóticas oceánicas para recopilar datos. Estas boyas inteligentes pueden sumergirse hasta una profundidad de 2.000 metros y monitorear de forma continua variables como la temperatura y la salinidad del agua del mar. Este método mejora enormemente la precisión de las mediciones del contenido térmico del océano.
En los últimos años, los datos han demostrado que la capa superior del océano (0-700 metros) se ha calentado desde 1971, y ahora hay cada vez más pruebas de que la región oceánica de 700-2000 metros de profundidad también está experimentando calentamiento. Esta variación térmica está estrechamente vinculada a los cambios en las temperaturas del mar y el clima, lo que provoca cambios biológicos, incluido el blanqueamiento de los corales y el comportamiento migratorio de la vida marina.
El estudio muestra que el aumento del contenido de calor del océano provocará no sólo cambios climáticos locales en el futuro, sino que también puede tener un profundo impacto en el sistema climático de todo el planeta.
El cambio climático inducido por el hombre se está acelerando, afectando los ecosistemas y el equilibrio energético de la Tierra. La supervivencia de los animales y las plantas y la estabilidad del ecosistema están amenazadas. El aumento del contenido térmico del océano es una manifestación concreta de la función del océano. Al mismo tiempo, el papel del océano en el ciclo del carbono está ganando más atención, ya que las aguas cálidas ya no pueden absorber eficazmente el dióxido de carbono de la atmósfera, lo que agrava el proceso de calentamiento global.
A medida que continúan estos cambios, ¿qué pasará con el medio ambiente oceánico y el planeta en el que vivimos en el futuro?