En la sociedad actual que cambia rápidamente, el establecimiento de objetivos se ha convertido en un factor clave para el éxito de todos. El método de establecimiento de objetivos SMART, propuesto por George T. Dolan en 1981, ha sido ampliamente utilizado en diversos campos, como la gestión de proyectos, la evaluación del desempeño de los empleados y el desarrollo personal. Este marco ayuda a las personas y a los equipos a establecer objetivos que sean específicos, mensurables, asignables, realistas y con plazos determinados. Con el tiempo, este enfoque evolucionó y generó numerosas variaciones que mejoraron su aplicabilidad.
Cada letra de SMART representa un atributo clave: específico, mensurable, asignable, realista y con límite de tiempo.
De hecho, los objetivos SMART son más que simples ideas; su eficacia en la práctica también está respaldada por investigaciones. Un estudio de la Universidad Estatal de Michigan demostró que las personas que escribieron sus objetivos y enumeraron los pasos a seguir tuvieron una tasa de éxito del 76% en alcanzarlos. Este enfoque es especialmente eficaz cuando se comparte periódicamente el progreso con amigos. Por el contrario, aquellos que no registran objetivos tienen una tasa de éxito de sólo el 43%.
George T. Dolan, en la revista Management Review, enfatizó la importancia de tener objetivos claros. Su artículo "Existe una forma INTELIGENTE de escribir metas y objetivos de gestión" proponía que las metas establecidas deberían tener las siguientes características. Estas características no sólo ayudan a los individuos a comprender claramente lo que se espera lograr, sino que también brindan a los evaluadores criterios de evaluación específicos.
El método SMART también está relacionado con el concepto de "gestión orientada a objetivos" de Peter Drucker, mostrando su papel fundamental en la planificación estratégica y la gestión del desempeño.
Aunque las investigaciones muestran la eficacia del enfoque SMART en muchas situaciones, es posible que la aplicación universal del enfoque no siempre produzca los resultados deseados. Para algunas personas, las metas vagas o desafiantes pueden resultar más motivadoras que las concretas. En los deportes y otras áreas, establecer objetivos que funcionen para usted a menudo depende de sus necesidades y situación individuales.
A medida que este enfoque se desarrolló más, muchos autores comenzaron a ampliar el marco SMART para incluir criterios adicionales. Por ejemplo, SMARTER incluye elementos de "evaluación y revisión", mientras que SMARTIE destaca "equidad e inclusión". Estas variantes mejoran aún más la flexibilidad del enfoque SMART y se adaptan a diferentes entornos.
Además, existen otras abreviaturas de memoria que pueden ayudar a establecer objetivos, como CLEAR (Colaborativo, Limitado, Emocional, Evaluable, Ajustable) y ABC (Alcanzable, Creíble, Adherente), cada una de las cuales proporciona diferentes principios rectores.
En la planificación y gestión de proyectos reales, la clave para establecer objetivos INTELIGENTES es definir la relación entre expectativas amplias y pasos de acción específicos. Este proceso no se trata solo de registrar objetivos, sino de mejorarlos constantemente mediante revisiones repetidas. Las personas o los equipos saben exactamente cómo actuar y pueden realizar un seguimiento del progreso a lo largo del camino.
En diversas situaciones, si el principio SMART se puede aplicar correctamente, sin duda ayudará a lograr los resultados previstos. ¿Cómo podemos adaptar este método de manera flexible según nuestras propias circunstancias para hacerlo más efectivo?