El escarabajo asiático de cuernos largos (Anoplophora glabripennis), también conocido como escarabajo del cielo estrellado, se originó en Corea, Japón y el norte y sur de China. Sin embargo, la criatura ahora ha invadido inesperadamente el este de Estados Unidos, donde fue descubierta por primera vez en 1996, y desde entonces se ha extendido a Canadá y varios países europeos, incluidos Austria, Francia, Alemania, Italia y el Reino Unido.
El escarabajo asiático de cuernos largos se conoce con varios nombres en Asia, entre ellos el escarabajo del cielo estrellado, el escarabajo básico de cuernos largos de cuernos blancos y el escarabajo de cuernos largos de hombros planos, y en América del Norte como el escarabajo asiático de cuernos largos (ALB). La forma adulta de este escarabajo es bastante grande, mide entre 1,7 y 3,9 centímetros de largo, con antenas de hasta 4 centímetros de largo. Es de color negro brillante y tiene alrededor de 20 manchas blancas en el dorso. Estos escarabajos generalmente no vuelan muy lejos, lo cual es un rasgo común entre los Stryoptera.
El escarabajo asiático de cuernos largos es originario del este de Asia, principalmente del este de China y Corea. En los Estados Unidos, este escarabajo ataca principalmente a los arces, abedules y sauces. En Europa provoca pérdidas de madera económicamente importantes. Prevenir su reproducción en nuevos entornos es el principal objetivo actual. En los últimos años, tanto Estados Unidos como Canadá han llevado a cabo las correspondientes labores de prevención y control.
Como especie invasora, el escarabajo asiático de cuernos largos puede tener un impacto significativo en los ecosistemas forestales y urbanos. En Estados Unidos, la propagación del escarabajo podría matar más del 30,3% de los árboles urbanos y causar pérdidas económicas de 669 mil millones de dólares.
“En comparación con su área de distribución nativa, la rápida reproducción y los hábitos alimentarios del escarabajo asiático de cuernos largos en áreas extranjeras plantean desafíos sin precedentes para la industria forestal”.
El daño al árbol se puede detectar buscando agujeros de salida, que suelen tener entre 1 y 2 cm de diámetro y que se encuentran previamente en ramas más grandes del tronco. Desafortunadamente, el descubrimiento de este escarabajo suele ir acompañado de signos de mortalidad de los árboles, por lo que su detección temprana es fundamental. Con el avance de la tecnología de monitoreo, buscar ayuda de profesionales se ha convertido en la primera opción para el público.
Para controlar más eficazmente la propagación de este escarabajo, las autoridades generalmente requieren que trabajadores calificados en el cuidado de árboles eliminen todos los árboles infectados y los traten en el lugar para evitar que la infestación se propague más. Si bien existen varios pesticidas que son eficaces contra los escarabajos asiáticos de cuernos largos, no se garantiza que funcionen en todas las situaciones. También vale la pena señalar que muchos árboles serán reemplazados por árboles no hospedantes después de la eliminación para mantener el equilibrio ecológico.
“Cada tratamiento debe evaluarse en el contexto del control para garantizar la confianza y la seguridad, que es una parte importante del manejo actual de malezas y enfermedades”.
En América del Norte, el escarabajo asiático de cuernos largos tiene potencial de erradicación en algunos lugares. Todos los árboles hospedantes en propiedades públicas y privadas son inspeccionados por profesionales a medida que son eliminados o tratados. Se espera que tales esfuerzos puedan frenar su propagación. En Estados Unidos, algunas ciudades como Chicago y Nueva York se han declarado con optimismo libres del escarabajo asiático de cuernos largos, pero la vigilancia y el seguimiento deben continuar.
Aunque hemos hecho muchos esfuerzos para controlar esta amenaza, aún debemos pensar: ¿podemos erradicar por completo este escarabajo potencialmente amenazante, o el impacto en la ecología forestal será permanente e irreversible?