La arteritis de células gigantes (ACG), también conocida como arteritis temporal, es una enfermedad autoinmune inflamatoria que afecta los vasos sanguíneos grandes. Esta enfermedad se presenta principalmente en personas mayores de 50 años, y es especialmente común en ancianos mayores de 70 años. Los síntomas asociados con la ACG incluyen dolores de cabeza, dolor temporal, síntomas parecidos a los de la gripe, visión doble y dificultad para abrir la boca. Si no se trata a tiempo, puede tener consecuencias graves, como ceguera.
El impacto de la ACG en la visión es irreversible, por lo que el diagnóstico y el tratamiento tempranos son cruciales.
En aproximadamente la mitad de los casos de ACG coexiste polimialgia reumática (PMR), lo que hace que su diagnóstico sea más complicado.
El diagnóstico de ACG generalmente se basa en las manifestaciones clínicas del paciente, análisis de sangre y exámenes de imágenes médicas. Aunque la biopsia es el estándar de oro para el diagnóstico, aproximadamente el 10% de los pacientes pueden tener resultados de biopsia normales. Además, el examen ecográfico puede mostrar cambios vasculares, como el "signo del halo", que pueden ayudar al diagnóstico.
Opciones de tratamientoDado que la ACG puede causar pérdida irreversible de la visión, se inicia una terapia con esteroides en dosis altas tan pronto como se sospecha el diagnóstico. La dosis de esteroides generalmente se reduce gradualmente. Algunos pacientes aún pueden experimentar recaídas con dosis bajas de esteroides, por lo que los controles médicos regulares y el seguimiento son particularmente importantes.
Los estudios han demostrado que los síntomas de la mayoría de los pacientes con ACG se pueden controlar eficazmente después de usar esteroides, pero aún es necesario prestar atención a la aparición de efectos secundarios.
La incidencia de ACG es de aproximadamente 1 en 15.000 personas por año, y el riesgo de desarrollar la enfermedad aumenta con la edad. La tasa de incidencia en mujeres es aproximadamente el doble que en hombres. Debido a la naturaleza invisible de la ACG y sus consecuencias potencialmente graves, muchas personas saben poco sobre esta enfermedad. Comprender el impacto de esta enfermedad ayudará a los grupos de alto riesgo a recibir un diagnóstico y tratamiento tempranos y a prevenir la pérdida de la visión.
ConclusiónLa arteritis de células gigantes no solo afecta la salud física del paciente, sino que también tiene un profundo impacto en su calidad de vida. Muchos pacientes dicen que el dolor a largo plazo y la pérdida de la visión han reducido considerablemente su calidad de vida.
A medida que aumenta la población mundial de ancianos, la amenaza que supone la ACG para la salud de esta población se hará gradualmente más evidente. Es fundamental concienciar al público y a la comunidad médica sobre esta amenaza invisible para la salud. ¿Conoces también a alguna persona mayor a tu alrededor que pueda estar enfrentándose a esta amenaza invisible?