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De lo árido a lo verde: ¿Cómo cambiará el proyecto del cinturón protector de los Tres Nortes el futuro ecológico de China?
El Proyecto Three-North Shelterbelt, también conocido como el proyecto "Gran Muralla Verde", es una iniciativa verde de larga data lanzada en 1978 para resistir la expansión del desierto de Gobi y mejorar el entorno ecológico en la región norte. Este proyecto de 4.500 kilómetros de longitud cubre las regiones norte, noreste y noroeste de China y en el futuro se convertirá en el cinturón forestal artificial más grande del mundo. China se enfrenta a la amenaza de la desertificación. Cada año, el desierto se traga una gran cantidad de praderas y las tormentas de arena cada vez más graves afectan a la agricultura de los países vecinos. En una situación tan grave, el Proyecto Three-North Shelterbelt no es sólo un trabajo de restauración ecológica, sino también una profunda reflexión y práctica sobre el futuro del medio ambiente.
El objetivo de este plan es aumentar la cobertura forestal en la región norte, reducir la desertificación, proporcionar madera localmente y mejorar el entorno ecológico.
Según los últimos informes, de aquí a 2050, el avance de este plan no sólo ayudará a combatir la desertificación, sino que también profundizará la transformación de la economía verde. Con la plantación de árboles, la cobertura forestal de China ha aumentado del 10% en 1949 al 25% en 2024. En este proceso, no se puede subestimar la contribución del proyecto Three-North Shelterbelt.
En 2009, la superficie plantada de árboles de China alcanzó más de 500.000 kilómetros cuadrados, lo que lo convierte en el bosque artificial más grande del mundo.
Sin embargo, si bien busca la cobertura forestal, el plan también ha enfrentado críticas. Algunos estudiosos se muestran escépticos ante la plantación a gran escala de bosques monótonos de una sola especie de árbol, por temor a que dañe la biodiversidad y los recursos hídricos. Señalan que las áreas forestales de una sola especie pueden convertirse en las más afectadas por plagas y enfermedades, y que esta estrategia puede no ser una solución a largo plazo dados los desafíos del cambio climático.
Algunos expertos creen que, aunque la plantación de una sola especie de árbol puede aumentar la absorción de dióxido de carbono a corto plazo, puede suponer una amenaza ecológica a largo plazo.
Sin embargo, el proyecto Three-North Shelterbelt ha provocado cambios sutiles en el desarrollo en comparación con el pasado. Según una investigación de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, el aumento de la cubierta arbórea observado por los satélites concuerda con los datos publicados por el gobierno chino, lo que indica que los efectos de restauración ecológica del programa son tangibles.
Por ejemplo, los investigadores científicos han descubierto que la tecnología de pulverización de agua superficial puede mejorar eficazmente la situación de escasez de agua y seleccionar plantas con menores necesidades de agua para plantar y adaptarse al entorno árido local. Esta medida no sólo apoya el equilibrio ecológico local, sino que también contribuye a la formación de nuevos modelos económicos, como el ecoturismo y la economía forestal.
Los científicos forestales chinos creen que para resolver el problema de los recursos hídricos, es necesario seleccionar variedades de plantas adecuadas y una tecnología de riego razonable.
Además, la transformación exitosa del Proyecto Three-North Shelterbelt radica no solo en la mejora ecológica, sino también en la optimización de la estructura agrícola. Algunas áreas han pasado de una agricultura tradicional pobre a una agricultura ecológica con mayor valor económico, que no sólo mejora el nivel de vida de los residentes locales, sino que también promueve el desarrollo económico sostenible. Con el desarrollo profundo de este proyecto ecológico, la política ambiental de China ha comenzado a girar en la dirección del desarrollo sostenible.
Sin embargo, este enorme proyecto no está exento de desafíos. Además de las preocupaciones ecológicas, la cooperación social y el consenso también son factores importantes para lograr el éxito. En algunos lugares, los programas de gestión de tierras y plantación de árboles pueden verse afectados por una aplicación insuficiente por parte de los gobiernos locales. Por lo tanto, cómo aumentar la participación de las comunidades locales y formar un buen modelo de gestión sigue siendo un desafío importante para la futura construcción ecológica.
Los críticos señalan que China ha fracasado en sus esfuerzos por combatir la desertificación en el pasado y que simplemente plantar árboles puede no cambiar fundamentalmente el comportamiento.
A medida que el Plan del Cinturón de Protección de los Tres Nortes avanza hacia su plena implementación, el plan para el futuro ecológico de China se vuelve cada vez más claro. Este tipo de acción de protección ambiental sin duda se convertirá en un ejemplo del que la mayoría de los países deberán aprender. En los próximos días, con un mayor desarrollo de políticas, tecnología y conciencia social, las barreras verdes de China se volverán más fuertes, y esto también tendrá un impacto aún más significativo en el desafío global del cambio climático. ¿Cree que estas iniciativas verdes realmente pueden cambiar el futuro de otros países que enfrentan la desertificación y la degradación ecológica?
