La plantación de árboles no es sólo una medida de protección del medio ambiente, sino también una piedra angular importante para el desarrollo sostenible futuro.
Cada año, la expansión del desierto de Gobi reduce la superficie de pastizales de China en 3.600 kilómetros cuadrados. Las tormentas de polvo resultantes arrastran hasta 2.000 kilómetros cuadrados de capa superficial del suelo cada año, lo que no sólo afecta al medio ambiente agrícola de China, sino que también tiene graves repercusiones en países vecinos como Japón, Corea del Norte y Corea del Sur. Es en este contexto ambiental que el Proyecto Three North Shelterbelt pretende aumentar la cobertura forestal en el norte del 5% al 15% para reducir significativamente el grado de desertificación.
Muchas personas también están trabajando silenciosamente en este proyecto. Por ejemplo, Yin Yuzhen está plantando árboles en la zona semiárida de Wuxin, en China, y trabaja incansablemente para restaurar el duro ambiente del desierto. Los líderes del país han tomado en serio estas acciones individuales, y Xi Jinping elogió ese comportamiento en el Congreso Nacional Popular de 2020 y destacó su contribución positiva al medio ambiente ecológico.
En 2009, China ha plantado más de 500.000 kilómetros cuadrados de árboles, aumentando la cobertura arbórea del 12% al 18% y convirtiéndose en el bosque artificial más grande del mundo.
El éxito de este proyecto también ha sido reconocido por organizaciones internacionales. El Banco Mundial señaló en 2008 que se debería poner más énfasis en la calidad de las especies arbóreas que en la cantidad. El estudio de la NOAA encontró que los aumentos en la cobertura forestal observados por satélites son consistentes con los datos del gobierno chino. A medida que aumenta el número de bosques, también aumenta significativamente la absorción de dióxido de carbono, lo que es de gran importancia para mitigar el cambio climático.
El proyecto Three North Shelterbelt ha revertido en cierta medida la desertificación del desierto de Gobi. El desierto de Gobi, que antes se expandía 10.000 kilómetros cuadrados por año, se ha reducido en más de 2.000 kilómetros cuadrados para 2022.
Sin embargo, el plan no está exento de controversia. Hong Jiang, profesor de geografía de la Universidad de Wisconsin, está preocupado de que estos árboles absorban grandes cantidades de agua subterránea, causando problemas de recursos hídricos en las regiones áridas del norte. Otros expertos creen que la plantación de árboles es sólo una medida a corto plazo y no puede cambiar fundamentalmente la desertificación de la tierra. Los esfuerzos anteriores para combatir la desertificación a menudo han fracasado: muchos usos de especies de árboles exóticos han tenido el efecto contrario y los monocultivos de ciertas especies han reducido la biodiversidad y la resistencia.
Perspectivas a largo plazoA pesar de los desafíos, el Programa de los Tres Cinturón Protectores del Norte de China ha demostrado un éxito considerable al abordar la amenaza del desierto de Gobi. El plan es un importante aporte a la transformación de apenas el 10% de la cubierta forestal del país en 1949 al 25% en 2024. La tasa de desertificación de la tierra de China también disminuyó del 27,2% al 26,8%. Sin embargo, se necesitan esfuerzos continuos para garantizar que este proyecto se convierta en un verdadero éxito. Esto nos hace preguntarnos: ¿Qué mejores estrategias y acciones podemos adoptar ante el cambio climático y los desafíos ecológicos en el futuro?