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De los derechos humanos al derecho administrativo: ¿Cuáles son los diversos caminos legales hacia el litigio climático?
A medida que el cambio climático se convierte en uno de los problemas más apremiantes del mundo, los litigios climáticos se han convertido en una rama importante del derecho ambiental. Estas demandas suelen implicar impugnaciones legales contra estados y empresas destinadas a promover los esfuerzos de mitigación del cambio climático. Ante el lento progreso en la política de cambio climático, un número creciente de activistas y abogados están recurriendo a los sistemas judiciales nacionales e internacionales en busca de vías legales para fortalecer la acción climática.
Los litigios climáticos se centran en cinco categorías de reclamaciones legales: derecho constitucional, derecho administrativo, derecho privado, derecho de protección del consumidor y derecho de derechos humanos.
Entre estos reclamos legales, la Ley Constitucional se centra principalmente en la infracción por parte del Estado de los derechos básicos de los ciudadanos, mientras que la Ley Administrativa desafía la racionalidad de la toma de decisiones administrativas. El derecho privado se utiliza principalmente para combatir el comportamiento negligente de las empresas, mientras que las leyes de protección del consumidor se utilizan para evitar que empresas engañosas tergiversen su impacto en el clima. El derecho de los derechos humanos trata la inacción como una violación de los derechos humanos básicos, como el derecho a un medio ambiente saludable.
Con la continua evolución de los marcos legales y las regulaciones internacionales, hay un número cada vez mayor de casos relevantes en los tribunales de varios países, formando un conjunto de bases legales para promover la acción climática. Todas estas demandas tienen un objetivo común: promover la justicia climática, especialmente para apoyar el movimiento climático entre las generaciones más jóvenes. El uso de argumentos basados en los derechos humanos en los litigios climáticos se ha vuelto cada vez más común desde 2015.
Los casos de litigios climáticos de alto perfil incluyen: Leghari contra Pakistán, Juliana contra Estados Unidos y Urgenda contra Países Bajos. Detrás de estos casos no solo hay desafíos legales, sino también actitudes responsables hacia las generaciones futuras.
Por ejemplo, en el caso Leghari contra la Federación de Pakistán, el tribunal dictaminó que el gobierno había violado la política de cambio climático del país y requirió el establecimiento de un comité de cambio climático para lograr los objetivos políticos. El "caso Urgenda" se convirtió en un precedente importante en los litigios climáticos globales. El tribunal holandés exigió al gobierno que redujera las emisiones de carbono en un 25% para 2015.
Están surgiendo acciones legales basadas en el clima no sólo en los Países Bajos sino también en muchos países. Por ejemplo, el caso Giudizio Universale de Italia exige que el gobierno reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero en un 92% para 2030 y en Alemania, la Corte Suprema también sostuvo que las medidas de protección climática del gobierno no son suficientes para proteger a las generaciones futuras;
Este tipo de litigio no sólo puede iniciarse a nivel nacional, sino que también ocurre cada vez más a nivel internacional, formando un sistema de apoyo legal diverso.
Además, los casos exitosos de litigios climáticos a menudo atraen la atención de los tribunales nacionales y alientan a otros países a emprender acciones legales más agresivas. Por ejemplo, el Tribunal Constitucional de Corea del Sur dictaminó recientemente que una política que no establece objetivos jurídicamente vinculantes de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero para las generaciones futuras es inconstitucional, un fallo que ha tenido un profundo impacto en las acciones legales climáticas en otros países del mundo.
Sin embargo, el proceso de litigio climático no ha sido fácil. Muchos casos han sido impugnados en procedimientos judiciales o incluso desestimados. Por ejemplo, el caso Juliana en Estados Unidos no tuvo éxito después de años de litigio. La complejidad y longevidad de estos casos hacen que los litigantes enfrenten desafíos importantes, tanto en términos de costo como de tiempo.
El rápido crecimiento de los litigios climáticos refleja la fuerte demanda pública de acción climática y resalta el importante papel de la ley en la protección de la Tierra y las vidas de sus habitantes.
Según el informe de diciembre de 2022, los casos de litigios climáticos globales han llegado a 2180, de los cuales Estados Unidos representa más de 900 casos, mientras que hay múltiples casos en otros países. Al mismo tiempo, muchos precedentes legales internacionales están inspirando la acción climática de los países.
Entre estos enfoques legales, la diversificación de los litigios climáticos se ha convertido en una de las tendencias legales más progresistas en la actualidad. A medida que estos casos aumentan, no podemos evitar preguntarnos: ¿cuáles serán los puntos clave de avance en el campo de batalla legal para abordar el cambio climático en el futuro?
