Como el tema del cambio climático ha atraído cada vez más atención, el litigio climático se ha convertido gradualmente en una herramienta legal importante, con el objetivo de promover la mitigación del cambio climático a través de medios legales. El litigio del cambio climático generalmente incluye quejas presentadas bajo cinco categorías legales principales: derecho constitucional, derecho administrativo, derecho privado, fraude o ley de protección del consumidor y derecho de derechos humanos. Con estas leyes, activistas y abogados esperan obligar a los estados y grandes corporaciones a asumir responsabilidades ambientales.
Con el lento progreso en la toma de decisiones políticas e indiferencia corporativa a los problemas climáticos, los litigios legales se han convertido en una fuerza importante para impulsar el cambio.
El alcance del litigio climático se puede dividir en los siguientes tipos:
Los resultados de estas demandas son mixtos. Desde 2015, las afirmaciones basadas en los derechos humanos se han vuelto cada vez más comunes en los litigios climáticos a medida que más y más países reconocen el derecho a un entorno saludable.
El litigio climático no es solo una acción legal, sino también una fuerza impulsora importante para el cambio social, especialmente contra la justicia climática y las llamadas de las generaciones más jóvenes.
Muchos países del mundo han aceptado litigios climáticos, y los siguientes son algunos ejemplos representativos:
Por ejemplo, ciudades como San Francisco y Oakland presentaron demandas contra varias compañías de combustibles fósiles que los acusan de hacer que el nivel del mar aumente, y aunque la demanda finalmente falló, estas acciones muestran una actitud firme de los gobiernos locales hacia el cambio climático.
El caso de Urgenda v. Países Bajos se convirtió en un precedente importante para el litigio climático global, y el tribunal dictaminó que el gobierno holandés debe intensificar las reducciones de emisiones para proteger a los ciudadanos del cambio climático.
La demanda de Neubauer de Alemania también muestra la fuerte supervisión de la política climática de la Corte, dictaminando que el gobierno necesita mejorar la ley de protección climática a fines de 2022.
Estos casos muestran que los tribunales no son solo los ejecutores de la ley, sino también los defensores de la responsabilidad moral social.
El litigio climático a menudo se basa en la acción colectiva, y muchas organizaciones ambientales como Greenpeace trabajan juntas para aumentar el poder del litigio a través de los recursos de solidaridad. Por ejemplo, Greenpeace Polonia presentó una demanda contra las centrales eléctricas de carbón, en la que el equipo legal ambiental de Polonia desempeñó un papel vital.
El litigio climático exitoso a menudo tiene una profunda resonancia social y una base legal detrás de él. Al promover el establecimiento de la justicia climática y el sistema de derecho internacional, estos casos han afectado gradualmente el comportamiento de los gobiernos y las empresas. Según los datos, desde principios de la década de 2000 hasta 2020, el número de demandas por litigios climáticos en todo el mundo ha aumentado significativamente, y los litigios en los Estados Unidos representan la mayoría.
Aunque el impulso del litigio climático está creciendo, muchos desafíos aún se enfrentan. Las empresas y los estados pueden usar diversos medios legales para retrasar el progreso del litigio. Aunque los juicios judiciales pueden ser un catalizador para los cambios legales, la implementación real aún requiere cierta voluntad política y apoyo social.
ante la urgencia del cambio climático, ¿puede la ley convertirse en el arma más poderosa para que nosotros perseguí justicia ambiental?