En el mundo de la agricultura y la horticultura, un cultivar es una planta que ha sido seleccionada por sus características específicas y es capaz de mantener esas características cuando se cultiva. Cuando los humanos utilizan métodos científicos para seleccionar, mejorar y cultivar plantas, el cultivar se convierte en una manifestación concreta de la interacción entre los humanos y el mundo natural.
“Los cultivares son el producto de la actividad humana, lo que les permite exhibir características superiores en ciertos ambientes”.
Como todos sabemos, el origen de las variedades se obtiene a partir de la selección y el mejoramiento humanos, pero el proceso involucra muchos principios científicos complejos. Durante este proceso, los horticultores no sólo se basan en la observación visual, sino que también utilizan la genética y la biotecnología para optimizar las características de las plantas. Estos métodos incluyen división, esquejes, injertos y cultivo de tejidos.
Cultivar tiene una convención de nomenclatura específica. Según la Convención Internacional de Nomenclatura de Plantas Cultivadas, los nombres de los cultivares deben cumplir las regulaciones legales y comercializarse. Estos nombres generalmente consisten en la nomenclatura científica (el nombre en latín) y un afijo del cultivar, como "Rosa 'Peace'". Sin embargo, para algunas variedades específicas, dichos nombres también pueden estar protegidos por la ley en virtud de los derechos del obtentor de plantas. Un cultivar protegido generalmente significa que el inventor de la variedad disfruta de derechos comerciales únicos y protege sus intereses económicos a través de patentes vegetales legales o derechos de obtentor.
“La protección legal tiene por objeto impedir que otros cultivadores copien y vendan una nueva variedad tan pronto como se lanza al mercado, socavando así los intereses del obtentor”.
Históricamente, la formación de cultivares ha dependido no sólo de la selección natural sino también de la cría selectiva por parte de los seres humanos. Estos esfuerzos de cría selectiva han alterado drásticamente la composición genética de algunas plantas, dando lugar a cambios significativos en sus rasgos. Por ejemplo, las aceitunas, las rosas, los cereales y la mayoría de las demás variedades que se cultivan hoy en día se producen mediante este proceso.
Además, el uso de técnicas de mejora genética también ha jugado un papel clave en la evolución de los cultivares. Las tecnologías de edición genética como CRISPR se están utilizando en el mejoramiento de plantas, lo que permite mejorar características de las plantas como la resistencia a las enfermedades, el rendimiento y el sabor a nivel genético.
El cultivar se puede dividir en dos tipos: reproducción asexual y reproducción sexual. Los cultivares que se reproducen asexualmente, como algunas plantas leñosas, suelen ser clones, con combinaciones genéticas idénticas. Los cultivares que se reproducen sexualmente pueden experimentar recombinación genética a medida que las semillas se convierten en nuevas plantas, lo que proporciona mayor variabilidad y adaptabilidad.
Perspectivas y desafíos futuros"La formación de cultivares es a menudo un reflejo de la selección humana para la variación natural, que cambia directamente la estructura genética de la planta".
A medida que aumenta el interés por el mejoramiento vegetal, un tema importante será cómo los seres humanos pueden utilizar mejor estas variantes de plantas seleccionadas para abordar los desafíos de la seguridad alimentaria y el cambio climático. A medida que las cuestiones jurídicas y éticas se vuelven más complicadas, los científicos y los productores agrícolas necesitan enfrentar la cuestión de cómo proteger los derechos de propiedad intelectual y al mismo tiempo garantizar que los métodos tradicionales de cultivo, las plantas nativas y el entorno ecológico en general no se vean afectados.
En este contexto, cultivar no es sólo una representación de la sabiduría humana, sino también un símbolo de nuestra profunda comprensión y remodelación del mundo natural. En este proceso, ¿cómo cree usted que los futuros cultivares afectarán nuestra agricultura y nuestros ecosistemas?