En la industria alimentaria, el ButilHidroxitolueno (BHT) es un antioxidante muy utilizado. Su principal función es prevenir los daños en los alimentos provocados por las reacciones de oxidación con los radicales libres. Sin embargo, aunque la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. (FDA) considera que el BHT es "generalmente reconocido como seguro" (GRAS), persisten las preocupaciones de la comunidad sobre su uso generalizado, lo que genera dudas sobre su seguridad y utilidad.
BHT es un compuesto orgánico liposoluble que se usa ampliamente en una variedad de productos como antioxidante.
BHT es un compuesto químico producido principalmente por la reacción de p-cresol (4-metilfenol) e isobutileno. Este compuesto también puede encontrarse de forma natural. Por ejemplo, el BHT se puede encontrar de forma natural en determinadas algas y en la cáscara de frutas como los lichis.
El BHT se puede producir de forma natural en el medio ambiente, incluidas las algas verdes y ciertas cianobacterias.
La aplicación del BHT no se limita a los alimentos, también se utiliza como antioxidante en la industria y es adecuado para lubricantes, combustible de aviación y cosméticos. Según las regulaciones de la FDA, existen límites superiores específicos para el uso de BHT en varios tipos de alimentos, lo que también requiere que los fabricantes de alimentos tengan cuidado al etiquetar los ingredientes BHT en las etiquetas de los productos.
Aunque un estudio de 1979 concluyó que el BHT no era cancerígeno para los animales, la Organización Mundial de la Salud discutió un vínculo potencial entre el BHT y el riesgo de cáncer en 1986. Todavía no hay consenso sobre una serie de informes de investigación. Algunos estudios muestran que la BHT puede aumentar el riesgo de cáncer, mientras que otros muestran un posible efecto protector.
Con respecto a los efectos del BHT en la salud, cada vez hay más opiniones que abogan por evitar la sustancia.
En algunos estudios, se ha propuesto el BHT como agente antiviral, pero ninguna agencia autorizada ha proporcionado aún la aprobación pertinente. En estudios para evaluar su efecto antiviral, aunque se han observado efectos de desactivación e inhibición sobre ciertos virus, actualmente no hay evidencia suficiente para respaldar el potencial antiviral general de la BHT en humanos. Por lo tanto, las sociedades profesionales internacionales de enfermedades infecciosas no han recomendado el uso de BHT como terapia antiviral.
En la industria alimentaria, ante las crecientes preocupaciones de los consumidores sobre la seguridad alimentaria, algunas empresas alimentarias han tomado la iniciativa de eliminar gradualmente el BHT. Esta respuesta no sólo refleja un énfasis en la salud pública, sino que también demuestra mayores requisitos del mercado en materia de transparencia y seguridad.
Algunas empresas de alimentos han comenzado a eliminar voluntariamente el BHT y priorizar las preocupaciones de los consumidores sobre los ingredientes.
A medida que aumenta la conciencia de la gente sobre la seguridad alimentaria, inevitablemente será necesario reevaluar el uso de BHT. Incluso si ahora se clasifica como GRAS, continuarán las investigaciones sobre los efectos a largo plazo y los riesgos potenciales. La elección de los consumidores y la respuesta del mercado pueden convertirse en la clave para futuros ajustes de políticas. ¿Y cuáles son sus expectativas para el desarrollo futuro de estos aditivos alimentarios?