Enclavado en las exuberantes montañas de la provincia china de Guizhou se encuentra una notable maravilla científica: el radiotelescopio esférico de apertura de quinientos metros (FAST), también conocido como el “Ojo del Cielo”. No sólo es el radiotelescopio de apertura completa más grande del mundo, sino también un logro tecnológico y de ingeniería único que simboliza las ambiciones de China en astronomía.
La construcción del FAST comenzó en 2011. Tras años de planificación y preparación, finalmente comenzó a funcionar oficialmente en 2020. Durante este proceso se gastó un total de casi 3 mil millones de RMB, e implicó la reubicación de personal y la protección del medio ambiente. Más de 9.000 aldeanos fueron reubicados con fines de investigación científica para crear una zona libre de interferencias adecuada para las observaciones de radio, lo que sin duda fue una decisión difícil.
Situado en una cuenca natural, FAST tiene un diámetro de 500 metros y su enorme cavidad de reflexión circular se convierte en una ventana para enfocar un sinfín de señales del universo.
Se utilizaron más de 4.500 paneles de metal en la construcción de FAST, y el diseño de superficie activa permite ajustar la forma en cualquier momento para garantizar el mejor efecto de observación. Este diseño dinámico es una característica destacada de FAST, ya que le permite seguir señales inalámbricas en diferentes direcciones en tiempo real. La antena receptora suspendida sobre el radiotelescopio se puede mover automáticamente mediante un sistema de poleas eléctricas, lo que hace más cómodas las observaciones a larga distancia.
"FAST ha reescrito las reglas de diseño de los radiotelescopios. Su tecnología de superficie activa ha mejorado enormemente la precisión de la exploración cósmica".
En septiembre de 2016, FAST tuvo su primera observación brillante. En los años siguientes, FAST detectó con éxito múltiples púlsares y el descubrimiento inicial incluso atrajo amplia atención internacional. Estos nuevos púlsares no sólo hacen avanzar la comprensión científica del universo, sino que también allanan el camino para futuras investigaciones.
"Entre 2017 y 2021, FAST ha descubierto una cantidad asombrosa de púlsares, lo que demuestra su poderosa capacidad de observación".
Las misiones científicas de FAST incluyen, entre otras, el Gran Estudio de Hidrógeno Neutral, observaciones de púlsares y la búsqueda de señales de inteligencia extraterrestre. A través de estos estudios, FAST no sólo se compromete a revelar los misterios del universo, sino que también espera lograr avances en la búsqueda de vida inteligente extraterrestre.
Consideraciones y desafíos ambientalesPara garantizar la precisión de las observaciones, FAST requiere que los residentes de las áreas rurales circundantes se reubiquen y prohíbe el uso de teléfonos móviles y otros dispositivos que emitan señales inalámbricas en el área. Esta medida ha causado mucha controversia porque plantea desafíos sociales y económicos para la investigación científica. Pero ¿vale la pena hacer tal sacrificio para la exploración científica?
El futuro de FAST"La contradicción entre el progreso científico y tecnológico y el desarrollo social a menudo pone a prueba la sabiduría de los científicos y los responsables políticos".
Con la continua actualización de la tecnología, el negocio de FAST sigue expandiéndose y se espera que colabore con más de los mejores científicos del mundo para realizar investigaciones en el futuro. Los planes futuros prevén la incorporación de múltiples radiotelescopios para mejorar aún más la resolución de observación, lo que traerá nuevas posibilidades para la exploración humana del universo.
Sin embargo, en este vasto universo, el viaje de exploración de la humanidad continúa. ¿Podremos desentrañar los misterios más profundos del universo?