La albúmina de suero bovino (BSA o "Fracción V") es una proteína extraída del suero bovino y se utiliza ampliamente en laboratorios como estándar para la concentración de proteínas. La "Fracción V" en el nombre en realidad proviene de la técnica de purificación fraccionada utilizada por primera vez por Edwin Cohn en la década de 1940, que separa las diferentes características de solubilidad de las proteínas plasmáticas y las ajusta variando la concentración de solvente, pH, concentración de sal y temperatura. Obtener la mayor cantidad de componentes. Inicialmente, la albúmina humana se utilizó comercialmente, pero la tecnología se introdujo posteriormente en la producción de albúmina sérica bovina.
El polipéptido precursor de BSA consta de 607 aminoácidos, pero durante el proceso de secreción, el péptido señal de 18 aminoácidos en el extremo N frontal se elimina y la proteína BSA madura finalmente contiene 583 aminoácidos.
Las propiedades físicas de BSA incluyen un alto peso molecular de 66.463 Da y un punto isoeléctrico de 4,7 en agua a 25 °C.
La BSA desempeña múltiples funciones en el cuerpo, entre ellas proporcionar presión de turgencia en los capilares y transportar ácidos grasos, bilirrubina, minerales y hormonas. Además, la BSA puede actuar como anticoagulante y antioxidante, lo que la hace esencial en muchos experimentos bioquímicos.
En concreto, hay alrededor de seis sitios de unión de ácidos grasos de cadena larga en BSA, de los cuales los tres más fuertes están dispersos en diferentes dominios.
La BSA desempeña un papel importante en muchas aplicaciones bioquímicas, especialmente en el ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas (ELISA), inmunotransferencia e inmunohistoquímica. Dado que la BSA en sí es una proteína pequeña, estable y moderadamente no reactiva, a menudo se utiliza como agente bloqueador en inmunohistoquímica. En este proceso, las secciones de tejido se incuban con un agente bloqueador de BSA para cubrir sitios de unión no específicos, mejorando así la capacidad del anticuerpo para unirse a un antígeno específico.
La BSA también se utiliza como nutriente para el cultivo de células y microbios y para estabilizar algunas enzimas durante la digestión con enzimas de restricción.
Durante la detección de anticuerpos, el efecto de bloqueo de BSA no solo puede reducir el ruido de fondo, sino que también puede ayudar a mejorar la sensibilidad de la detección. Al unir BSA a sitios de unión no específicos, se minimizan estas interferencias y se puede lograr la mejor relación señal-ruido.
Además, el bajo coste y la fácil purificación de la BSA la convierten en un material importante y económico en la investigación científica.
Con el avance continuo de la ciencia y la tecnología, el potencial de la BSA se utilizará aún más, por ejemplo, en la síntesis de nanoestructuras y en pruebas de toxicidad de iones metálicos. Estas innovaciones pueden aportar más soluciones y oportunidades en la investigación biomédica futura.
BSA no es sólo una herramienta de investigación, sino que también influye silenciosamente en una amplia gama de resultados experimentales y avances científicos.
¿La función oculta de la BSA en la ciencia cambiará su percepción de otros reactivos de laboratorio?