En el acelerado ritmo de vida actual, a menudo se ignoran las condiciones de salud de muchas personas, especialmente la salud vascular. Como condición patológica sistémica, la disfunción endotelial puede convertirse en un potencial "asesino invisible" y amenazar nuestra salud cardiovascular. Este artículo proporcionará una mirada en profundidad a los efectos de la disfunción endotelial deficiente y brindará posibles medidas preventivas para ayudar a los lectores a comprender mejor este estado.
La disfunción endotelial se debe en primer lugar a la reducción de la biodisponibilidad del óxido nítrico, lo que provoca vasoconstricción, aumento de la permeabilidad vascular y la capacidad de mejorar la trombosis y las respuestas inflamatorias.
El endotelio no sólo es una membrana semipermeable sino que también desempeña un papel importante en el mantenimiento del tono vascular y la regulación del estrés oxidativo. Un endotelio sano libera mediadores como el óxido nítrico, las prostaglandinas y la endotelina para garantizar el buen funcionamiento de los vasos sanguíneos. Cuando esta función se ve comprometida, se desencadena una cascada de efectos nocivos, que incluyen vasoconstricción, fuga de vasos sanguíneos, trombosis y respuestas inflamatorias excesivas.
La formación de aterosclerosis está estrechamente relacionada con la disfunción endotelial, que a menudo existe antes de cambios patológicos en los vasos sanguíneos. Los estudios han demostrado que la disfunción endotelial puede promover la adhesión de monocitos y macrófagos y aumentar la penetración de lipoproteínas de baja densidad (LDL) en la pared de los vasos sanguíneos.
La LDL oxidada es una característica importante de la aterosclerosis. Promueve la formación de células espumosas, la quimiotaxis de los monocitos y la activación de las plaquetas, lo que en última instancia conduce a la inestabilidad y ruptura de las placas ateroscleróticas.
El óxido nítrico (NO) juega un papel crucial en la inhibición de la agregación plaquetaria, la inflamación, el estrés oxidativo y la adhesión de leucocitos. Cuando se produce disfunción endotelial, las arterias y arteriolas no logran dilatarse adecuadamente porque la producción de óxido nítrico se ve alterada o inactivada por especies reactivas de oxígeno. Se ha demostrado que la suplementación con tetrahidrobiopentonoide (BH4) mejora la función endotelial en experimentos con animales y ensayos clínicos, pero su tendencia a oxidarse a BH2 sigue siendo un desafío importante.
En la circulación coronaria, la angiografía de las arterias coronarias en respuesta a sustancias vasoactivas se puede utilizar para medir la función endotelial. En la vasculatura periférica humana, la flujografía de oclusión venosa y la ecografía se utilizan para evaluar la función endotelial.
Una forma no invasiva de medir la función endotelial es a través de imágenes de ultrasonido de la arteria braquial para medir la dilatación del medio de flujo (% de fiebre aftosa), y el factor von Willebrand es un indicador importante de la disfunción endotelial.
Muchos estudios han demostrado una correlación entre la implantación de stent y la disfunción endotelial. Aunque los stents liberadores de sirolimus han funcionado bien en la prevención de la reestenosis interna del stent, los estudios de seguimiento han demostrado que pueden alterar la función endotelial hasta cierto punto. Para inhibir la reestenosis se ha propuesto el uso de fármacos como la iopromida-paclitaxel.
El tratamiento de la hipertensión y el colesterol alto puede mejorar la función endotelial, especialmente en pacientes que toman inhibidores de la HMGCoA reductasa. Además, también se ha demostrado que los cambios en el estilo de vida, como dejar de fumar, mejoran la función endotelial y reducen el riesgo de eventos cardiovasculares importantes.
Si la disfunción endotelial pasa desapercibida, puede convertirse en un asesino mortal y silencioso. ¿Cómo mejorar su salud endotelial para garantizar que el funcionamiento normal de los vasos sanguíneos se convierta en una propuesta importante en su vida?