La angina, también conocida como angina de pecho, se refiere al dolor o presión en el pecho, generalmente causado por un flujo sanguíneo insuficiente al miocardio (músculo cardíaco). Es el síntoma más común de la enfermedad de las arterias coronarias y generalmente es causado por una obstrucción parcial o un espasmo de las arterias que irrigan el músculo cardíaco. A medida que la arteriosclerosis empeora, la obstrucción de las arterias coronarias u otras causas, como ritmos cardíacos anormales, insuficiencia cardíaca y ciertas anemias, pueden provocar angina de pecho.
El nombre de angina proviene de las palabras latinas "angere" (asfixia) y "pectus" (pecho), por lo que puede traducirse como "asfixia en el pecho".
La gravedad de la angina está relacionada con el grado de privación de oxígeno en el músculo cardíaco. Sin embargo, la angina grave no es necesariamente proporcional al riesgo de sufrir un ataque cardíaco (infarto de miocardio). Algunas personas pueden experimentar un dolor intenso a pesar de tener un riesgo muy bajo de sufrir un ataque cardíaco, mientras que otras pueden experimentar un dolor mínimo o nulo durante un ataque cardíaco.
La angina de pecho se divide principalmente en tipos estables e inestables. La angina estable, también conocida como "angina de ejercicio", es una forma clásica de angina asociada con isquemia miocárdica. Generalmente ocurre durante el ejercicio o el estrés emocional y se alivia con el reposo. La angina inestable es una emergencia. Si ocurre repentinamente en reposo o dura más de 15 minutos, debe buscar atención médica de inmediato.
A principios del siglo XX, la angina grave se consideraba un signo de muerte inminente. Sin embargo, la tecnología médica moderna ha mejorado significativamente el pronóstico.
Según las investigaciones, si los pacientes de mediana edad experimentan angina de moderada a grave, la tasa de supervivencia a cinco años es aproximadamente del 92 %. Pero estas cifras no tranquilizan a todos los pacientes, porque la experiencia real de la angina varía de persona a persona.
La angina estable generalmente ocurre como una reacción fuerte a ciertas situaciones, como el ejercicio, el clima frío o el estrés emocional. Se caracteriza por malestar en el pecho que suele resolverse a los pocos minutos de finalizar la actividad. Los pacientes a menudo se quejan de sensaciones como presión, pesadez y opresión.
La angina inestable se caracteriza por un cambio en los síntomas anteriores, puede ocurrir en reposo, dura más de 10 minutos e indica que el corazón necesita atención urgente.
La angina microvascular, o síndrome cardíaco X, es una presentación de dolor en el pecho en el que las secciones transversales de las arterias coronarias parecen normales, lo que complica el diagnóstico. Implica la insuficiencia de los pequeños vasos sanguíneos del corazón.
Aunque la angina puede ser muy dolorosa, muchos pacientes no experimentan un dolor explícito sino que experimentan molestias en el pecho. El dolor de referencia también se puede sentir en otras áreas como la parte superior del abdomen, la espalda, el cuello, la mandíbula y los hombros.
Los ataques de angina a menudo se asocian con estrés emocional o actividad física y pueden ir acompañados de dificultad para respirar, sudoración y náuseas.
Los principales factores de riesgo de angina incluyen fumar, diabetes, colesterol alto, presión arterial alta, falta de ejercicio y antecedentes familiares de enfermedades cardíacas. Las investigaciones muestran que dejar de fumar puede reducir significativamente el riesgo de ataque cardíaco y mejorar la salud del corazón.
Otras afecciones médicas asociadas con la angina incluyen enfermedades esofágicas, hipertiroidismo y otros problemas cardíacos que pueden provocar ataques de angina. La isquemia miocárdica suele ser causada por arterias bloqueadas o por un flujo sanguíneo insuficiente.
El diagnóstico de angina generalmente se basa en la descripción de los síntomas por parte del paciente y los resultados de un electrocardiograma. Los métodos de diagnóstico utilizados con frecuencia incluyen pruebas de esfuerzo, exploraciones cardíacas, etc. En términos de tratamiento, el objetivo principal es reducir la demanda de oxígeno del corazón, mediante el uso de medicamentos como betabloqueantes y bloqueadores de los canales de calcio, para ayudar a aliviar los síntomas y reducir el riesgo de futuros eventos cardíacos.
En el tratamiento real, es posible que los pacientes con angina de pecho deban elegir los medicamentos y tratamientos adecuados según sus condiciones personales. En ocasiones, puede ser necesaria una intervención quirúrgica cuando los tratamientos médicos no logran tener el efecto deseado.
A través de la comprensión de la angina y el tratamiento adecuado, la calidad de vida de los pacientes puede mejorar significativamente. ¿Cómo diablos podemos evitar este peligro oculto en nuestras vidas y mantener nuestro corazón sano?