En el campo de envío global, el índice de secado Báltico (BDI) es indudablemente un indicador clave. Como un índice que mide los costos de carga, BDI no solo refleja el estado de salud del mercado de transporte, sino que también se ha convertido en una referencia importante para que los inversores presten atención a los cambios en los precios de las acciones de las compañías navieras.
El origen de BDI se remonta a 1744, cuando el Café de Virginia y Maryland en Threadneedle Street, Londres, pasó a llamarse Virginia y Baltick para describir con mayor precisión los intereses comerciales de los comerciantes reunidos aquí. Con el tiempo, BDI reemplazó el Índice de Transporte Báltico (BFI) en 1999 y se convirtió en uno de los indicadores centrales de los servicios de envío actuales.
Cada día laboral, los corredores de envío internacionales envían evaluaciones de carga en múltiples rutas actuales a Baltic Exchange. Estos resultados de evaluación se ponderan en función de la representatividad del mercado de cada ruta, formando en última instancia un índice integral del producto. BDI considera específicamente los tres modelos principales de portadores a granel secos, a saber, CapeSize, Panamax y Supramax.
La función principal deBDI es medir los cambios entre la demanda de envío y la oferta.
BDI no es solo una medida de la capacidad de transporte, sino que también refleja la relación de oferta y demanda del mercado global de masa seca. En términos generales, cuando aumenta la demanda de flete en el mercado, el índice aumentará rápidamente, lo que también afectará el precio de las acciones de las compañías navieras.
En muchos casos, BDI se considera un indicador principal del crecimiento económico, ya que las actividades de transporte generalmente apuntan a futuras actividades económicas.
Como en noviembre de 2016, el rápido rebote de BDI casi inmediatamente provocó un aumento asombroso en los precios de las acciones de la compañía naviera. Esta ola de aumento de los precios de las acciones está directamente relacionada con el aumento de BDI a más de 1,000 puntos, y muchas compañías han logrado más del 2,000% de crecimiento del precio de las acciones en solo unos pocos días.
Reflexionando sobre la historia de BDI, en mayo de 2008, alcanzó un máximo de 11,793 desde su lanzamiento. Luego, a fines de 2008, el índice cayó bruscamente, cayendo a 663 puntos en el nivel más bajo. Dichas fluctuaciones afectaron directamente el estado financiero de las compañías navieras globales.
A finales de 2008, las bajas tasas de flete casi alcanzan el borde de los costos operativos del barco, lo que resulta en la quiebra de varias compañías importantes.
Teniendo en cuenta la fuerza impulsora de BDI, tenemos que pensar en cuál será el futuro del mercado de envío con los cambios continuos en las relaciones comerciales globales. Con el rápido desarrollo de la ciencia y la tecnología y los objetivos de desarrollo sostenibles cada vez más obvios, ¿cómo se enfrentará la industria naviera con desafíos y oportunidades futuros?
A medida que fluctúa la situación económica mundial, ¿puede BDI continuar sirviendo como una veleta para los inversores y afectar los precios de las acciones de las compañías navieras?