De las muchas formas de enfermedad cardíaca, la válvula aórtica bicúspide (BAV) es la más común y ocurre durante el desarrollo fetal cuando las dos válvulas de la válvula aórtica se fusionan, lo que da como resultado una válvula cardíaca bicúspide doble A en lugar de la normal tres-. Estructura valvular (tricúspide). Esta enfermedad cardíaca está presente desde el nacimiento y afecta aproximadamente al 1,3% de la población adulta, formando parte de los riesgos para la salud. Este artículo discutirá la fisiología de las válvulas cardíacas bivalvas, las complicaciones asociadas y las medidas preventivas y terapéuticas posteriores.
Normalmente, las válvulas cardíacas desempeñan un papel clave en el control de la dirección del flujo sanguíneo. Sin embargo, las válvulas cardíacas bivalvas están funcionalmente limitadas debido a defectos estructurales. La mayoría de las personas con válvulas cardíacas bivalvas no experimentan problemas importantes en la vida diaria, pero a medida que envejecen, pueden comenzar a experimentar fatiga, especialmente cuando realizan actividades que requieren resistencia, principalmente debido a efectos deteriorados de la función cardíaca.
La calcificación de las válvulas cardíacas bivalvas puede ocurrir con la edad, lo que puede provocar diversos grados de estenosis aórtica y producir soplos cardíacos.
Además, si la válvula no se cierra por completo, puede producirse insuficiencia aórtica, que puede requerir cirugía cardíaca si es lo suficientemente grave. El aumento de presión sobre el corazón causado por las válvulas cardíacas bivalvas puede aumentar el riesgo de rotura aórtica.
Los pacientes con enfermedad de la válvula cardíaca bicúspide a menudo tienen lesiones aneurismáticas en la aorta ascendente. La matriz extracelular de la aorta es significativamente diferente de la de una válvula cardíaca normal de tres válvulas, y los estudios han encontrado que la disminución de fibrilina-1 está estrechamente relacionada con esto. La verdadera causa puede ser un desequilibrio de ciertas enzimas (como MMP2) e inhibidores (como TIMP1), lo que lleva a una degradación anormal de la matriz valvular.
Además de la calcificación, las válvulas cardíacas bivalvas pueden causar estenosis aórtica, lo que impide el flujo normal de sangre. Si la válvula no se cierra herméticamente, la sangre puede retroceder hacia el ventrículo izquierdo. Al mismo tiempo, la estenosis congénita de la aorta torácica también se asocia con válvulas cardíacas bivalvas.
Durante el desarrollo, las dos válvulas de la válvula aórtica a menudo se fusionan. Alrededor del 80% de los casos involucran la fusión de la válvula coronaria derecha y la válvula coronaria izquierda, mientras que alrededor del 17% de los casos involucran la fusión de la válvula coronaria derecha y la válvula no coronaria, y el resto solo representa el 2%. Este patrón de fusión predice el riesgo de complicaciones futuras en quienes padecen la enfermedad.
El análisis de la hemodinámica del sistema ventricular puede predecir complicaciones posteriores. Los pacientes con válvulas cardíacas bivalvas tienen tasas de flujo sanguíneo más altas y una forma de espiral medida por resonancia magnética 4D, lo que hace que la aorta sufra un mayor daño cuando la sangre fluye, mostrando su especial fisiología humana.
El diagnóstico de una válvula cardíaca bicúspide generalmente se confirma mediante un soplo cardíaco (generalmente escuchado en el segundo espacio intercostal derecho) y una diferencia de presión arterial entre las extremidades superiores e inferiores con una ecografía del corazón, como un ecocardiograma o Resonancia magnética 4D. Los avances en la resonancia magnética 4D permiten a los médicos visualizar con precisión las características y patrones del flujo sanguíneo en el corazón.
Ante complicaciones provocadas por problemas estructurales cardíacos, el tratamiento de elección suele ser la intervención quirúrgica, como el reemplazo de la válvula aórtica o la dilatación de la válvula con balón. Estas medidas ayudarán a reducir la probabilidad de riesgos importantes para la salud.
Las investigaciones muestran que más de un tercio de los pacientes con válvulas cardíacas bivalvas pueden sufrir complicaciones importantes, como estenosis aórtica e insuficiencia aórtica. En los pacientes cuya aorta está dilatada, se deben realizar ecografías cardíacas anualmente para controlar la progresión de la enfermedad.
En general, la válvula cardíaca bivalva, como la anomalía más común de la válvula cardíaca, tiene un profundo impacto en la calidad de vida de los pacientes. Ante este fenómeno, no podemos evitar pensar: ¿por qué esta anomalía estructural puede persistir hasta la vejez en algunas personas sin causar otros problemas mayores?