La necrosis avascular (NAV), también conocida como osteonecrosis o infarto óseo, se refiere a la muerte del tejido óseo debido a la interrupción del suministro de sangre. Esta enfermedad está atrayendo gradualmente la atención de la comunidad médica porque puede que no haya síntomas obvios en las primeras etapas, pero con el tiempo, pueden aparecer dolores en las articulaciones que limitan la movilidad de la persona. Además del dolor en las articulaciones, las complicaciones de la AVN incluyen el colapso del hueso o de las superficies articulares cercanas.
Hay aproximadamente 15.000 casos de AVN en los Estados Unidos cada año, y la mayoría de las personas afectadas tienen entre 30 y 50 años, con una mayor incidencia en hombres que en mujeres.
Los principales factores de riesgo de AVN incluyen fracturas, dislocaciones de articulaciones, abuso de alcohol y uso de altas dosis de esteroides. Otros factores de riesgo incluyen radioterapia, quimioterapia y trasplante de órganos. Algunas enfermedades, como el cáncer, el lupus, la anemia falciforme y la infección por VIH, también están asociadas con esta enfermedad. Es importante señalar que algunos casos de AVN no tienen una causa clara.
La fisiopatología de la AVN muestra que las células hematopoyéticas son más sensibles a la hipoxia y generalmente mueren dentro de las 12 horas posteriores a la reducción o eliminación del suministro de sangre.
En las primeras etapas, las gammagrafías óseas y las resonancias magnéticas son las herramientas de elección para diagnosticar la NAV, y las imágenes de rayos X suelen ser normales en las primeras etapas. A medida que avanza la enfermedad, las radiografías revelarán lesiones en las superficies de las articulaciones y los huesos. Las opciones de tratamiento varían; la más común es la cirugía de reemplazo total de cadera, que es efectiva en personas mayores pero puede no ser adecuada para personas más jóvenes debido a su limitada esperanza de vida.
La descompresión central marca otra opción de tratamiento para la AVN, que implica perforar agujeros en el hueso para aliviar la presión interna.
El pronóstico de la AVN varía según la parte del hueso o la articulación afectada y el tamaño del área afectada. Si no se trata, la enfermedad puede progresar y provocar rotura de huesos y daño a la superficie de las articulaciones, lo que en última instancia conduce a artritis.
Algunos deportistas de alto perfil, como el jugador de fútbol americano Bo Jackson, terminaron sus carreras debido a AVN, mientras que otros deportistas, como el tenista Rafael Nadal, superaron con éxito la enfermedad y continuaron sus carreras deportivas.
Con la investigación en profundidad sobre la AVN, nuestra comprensión de esta enfermedad se ha profundizado gradualmente. Detrás de muchos factores de alto riesgo, la aparición de NAV sigue siendo un problema complejo. En el futuro, es posible que podamos encontrar tratamientos y medidas preventivas más eficaces para reducir el impacto de la AVN. Sin embargo, en este contexto, ¿podemos encontrar una forma eficaz de prevenir esta enfermedad?