J. Quero Jiménez
Autonomous University of Madrid
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Featured researches published by J. Quero Jiménez.
Anales De Pediatria | 2000
X. Carbonell Estrany; J. Quero Jiménez
Los prematuros ≤35 semanas de gestacion, con o sin enfermedad pulmonar cronica (EPC), tienen un mayor riesgo de infeccion y hospitalizacion por el virus sincitial respiratorio (VRS). Se ha demostrado la eficacia de los anticuerpos monoclonales para el VRS en la disminucion de los porcentajes de hospitalizacion en estos pacientes. Su utilizacion: 1. Es recomendable en los prematuros nacidos entre las 29-32 semanas de gestacion sin EPC y menos de 6 meses al inicio de la estacion del VRS. 2. Es muy recomendable en los prematuros de ≤28 se manas al nacer o afectados de EPC en tratamiento en los ultimos 6 meses. Estos pacientes pueden recibir la profilaxis durante dos estaciones del VRS. 3. En los prematuros nacidos con 33-35 semanas de gestacion no es rutinaria. Cada caso debe analizarse individualmente teniendo en cuenta los factores de riesgo.
Anales De Pediatria | 2008
M. Moro Serrano; C. Fernández Pérez; J. Figueras Alloy; J. Pérez Rodríguez; Eloina Coll; E. Doménech Martínez; Rosario Jiménez; V. Pérez Sheriff; J. Quero Jiménez; V. Roqués Serradilla
Objetivo Diseno y desarrollo de un registro de ninos de menos de 1.500 g al nacer en Espana. Material y metodos Estudio de cohortes prospectivo multicentrico. Se incluyen todos los recien nacidos vivos de peso inferior a 1.500 g al nacer en las unidades neonatales (UN) que voluntariamente se integren en el proyecto. Resultados En los primeros 4 anos de funcionamiento del registro han participado en el estudio 65 UN diferentes. El total de ninos seleccionados entre 2002 y 2005 es de 9.637. Conclusiones La mision de las bases de datos de los ninos de muy bajo peso al nacer es intentar mejorar la calidad y la seguridad de los cuidados medicos que se proporcionan a los recien nacidos y a su familia. Su desarrollo posibilita la coordinacion de programas de educacion sanitaria y formacion de profesionales medicos y de enfermeria, de lineas de investigacion y de proyectos de mejora.
Anales De Pediatria | 2002
X. Carbonell-Estrany; J. Quero Jiménez; Comité de Estándares de la Sociedad Española de Neonatología
Los estudios epidemiologicos del grupo IRIS efectuados en las dos ultimas estaciones invernales muestran un porcentaje de hospitalizacion por infecciones por VRS en prematuros ≤ 32 semanas de gestacion del 13,4 y 13,4 %, respectivamente. De ellos el 18 y el 25 % fueron ingresados en la UCI. La informacion disponible en este momento muestra la eficacia de la profilaxis con los anticuerpos monoclonales contra el VRS (palivizumab) y la ausencia de efectos secundarios importantes. No existen por el momento datos que obliguen a modificar las recomendaciones en la profilaxis de la infeccion por VRS en prematuros, publicadas en el ano 2000
Anales De Pediatria | 2005
N Hernández González; S. Salas Hernández; A. García-Alix Pérez; C Roche Herrero; J. Pérez Rodríguez; F. Omeñaca Teres; J. Quero Jiménez
Objetivos Conocer la morbilidad a los 2 anos de edad corregida de una cohorte de recien nacidos con un peso inferior a 1.500 g durante los anos 1999-2000 en un hospital terciario de la Comunidad de Madrid. Pacientes y metodos Estudio observacional de seguimiento longitudinal de una cohorte de 213 pacientes con peso inferior a 1.500 g al nacimiento. De estos, 188 (87 %) finalizaron el seguimiento completo a los 2 anos. Se estudiaron de forma prospectiva las diferentes morbilidades neurosensoriales, prestando especial atencion a las morbilidades mayores: oftalmologicas, auditivas, motoras y bajo cociente de desarrollo (CD). Resultados Completaron el seguimiento el 87 % de los pacientes incluidos inicialmente en el estudio; el 17,1 % presentaron una o mas secuelas mayores. Encontramos un caso (0,4%) de sordera neurosensorial bilateral y un caso de ceguera bilateral; el 5,8 % (11/188) de los ninos presentaron alguna forma de paralisis cerebral y un 14,9 % tuvieron un CD Conclusiones Menos de una quinta parte de los recien nacidos de muy bajo peso (RNMBP) presentan alguna secuela grave a los 2 anos de seguimiento. Encontramos como factores de mal pronostico neurologico la microcefalia a los 2 anos de edad corregida y la presencia de alteracion de la sustancia blanca en los hallazgos ecograficos. Nos preocupan los datos de crecimiento y desarrollo, puesto que el 18 % de los pacientes no han alcanzado el P3 de peso a los 2 anos de edad corregida.
Journal of neonatal-perinatal medicine | 2013
F. Gómez Martín; M. Sáenz de Pipaón; J. Pérez Rodríguez; J. Quero Jiménez
AIM To determine risk or protective factors for the development of necrotizing enterocolitis in very low birth weight infants. METHODS This retrospective case-control study was conducted at La Paz University Hospital including infants with a birth weight of <1500 g for three years. Cases with confirmed diagnosis of necrotizing enterocolitis were evaluated; each one was paired with a control infant of the same gestational age. Statistical analysis included unadjusted and multivariable analyses. RESULTS A total of 576 very low birth weight infants were admitted; of them 30 infants (5.2%) developed necrotizing enterocolitis. The main clinical and demographic characteristics did not differ between the two groups. The frequency of infants transfused with packed red blood cells was similar in cases (63%) and control patients (77%). However, a greater number of transfusions increased the odds of necrotizing enterocolitis [OR 1.5, 95%CI (1.01 to 2.24)]. CONCLUSIONS A greater number of transfusions of packed red blood cells are associated with an increased risk of necrotizing enterocolitis in very low birth weight infants. The other analyzed variables in this study do not identify the infants at risk. Caution is advocated in using transfusions in newborns.
Revista Pediatría de Atención Primaria | 2009
S. Ares Segura; J. Quero Jiménez; G Morreale de Escobar
La aparicion de alteraciones de la funcion tiroidea en los ninos es muy frecuente. Parece que hay datos suficientes para asegurar que el seguimiento de las hormonas tiroideas, al menos durante la infancia, es muy util para evitar posibles problemas a largo plazo. Por tanto, cualquier beneficio potencial seria mayor que los posibles efectos daninos. En los controles de salud de los ninos, siempre debe investigarse la presencia de signos de sospecha de disfuncion endocrinologica. En esta especialidad tan vinculada a los procesos de crecimiento y desarrollo, donde los signos de casi todas sus patologias son muy discretos en su comienzo, debe agudizarse al maximo la observacion, ya que es importante el diagnostico precoz para que los tratamientos resulten eficaces y puedan evitar las secuelas de la enfermedad. Solo si se investiga, la mayoria de las enfermedades endocrinologicas pueden ser descubiertas tempranamente. Unicamente el pediatra puede contribuir al diagnostico precoz. La interpretacion de normalidad/anormalidad del proceso de crecimiento y desarrollo del nino, es una herramienta de gran utilidad durante la infancia. En la etapa de estudio, asi como en la de tratamiento, una vez confirmada la enfermedad, el pediatra debe integrar el equipo ampliado de atencion del nino. El pediatra por su parte, en estrecha comunicacion con el grupo especializado, conducira a la familia y al paciente en su nueva condicion de enfermo cronico.
Anales De Pediatria | 2005
A. Garcia-Alix Perez; R. de Lucas Laguna; J. Quero Jiménez
The skin is involved in many different genetic syndromes and diseases with multiple organ involvement. Neurodevelopmental disorders appear in many of these entities and knowledge of these cutaneous alterations may provide clues to their diagnosis. Recognizing these skin disorders in the newborn allows early identification of neonates with a biological risk of epilepsy and motor and/or cognitive disorders and enables them to be followed up. This helps to plan the management of these patients and, in many entities, to predict their natural history and provide genetic counseling to the family. This review examines the cutaneous signs that may provide important clues in the neonate that help to identify entities that carry a risk of neurodevelopmental disorders in the neonate.
Anales De Pediatria | 2000
J.A. García Hernández; D. Blanco Bravo; J. Quero Jiménez; M.T. Esqué Ruiz; J. Figueras Aloy
La parálisis cerebral es un término descriptivo que señala la existencia de un trastorno motor crónico no progresivo que tiene su origen en etapas tempranas de la vida1. Little, al describir este trastorno, estableció que su causa principal era el daño cerebral adquirido durante el nacimiento2. Posteriormente, este daño fue atribuido a “asfixia perinatal”, una enfermedad compleja debida al compromiso del metabolismo celular aeróbico por hipoxia y/o hipoperfusión tisular. Cien años después de la publicación de Little, el desarrollo y la introducción de los modernos sistemas de monitorización fetal crearon la esperanza de que sería posible reducir la incidencia de parálisis cerebral, al posibilitar una detección precoz de la asfixia y permitir establecer intervenciones obstétricas de rescate más precoces3-5. Durante los últimos 30 años, estas creencias en obstetras, pediatras, legisladores y en la sociedad en su conjunto han conducido a una sobrestimación de la asfixia perinatal como causa de discapacidad permanente en los niños, a expectativas desmesuradas acerca de la capacidad de monitorización fetal durante el parto para prevenir la parálisis cerebral, a un porcentaje creciente de partos por cesárea y quizás a un exceso de intervenciones obstétricas con sus costes y riesgos inherentes. Este fenómeno es ilustrado por el espectacular aumento de partos por cesárea que han pasado de aproximadamente un 4% en los años setenta a cifras superiores al 20% en muchas partes del mundo6,7. Finalmente, como corolario de todo lo anterior, ha tenido lugar un aumento progresivo del coste de los seguros de responsabilidad profesional1,3-5. Durante la última década, han entrado en crisis varias convicciones alrededor de la asfixia perinatal y su relación con la parálisis cerebral, al ponerse de manifiesto que la mayoría de los casos de parálisis cerebral no tienen su origen en la asfixia intraparto, que la generalización de la monitorización fetal no ha conllevado una reducción franca en la incidencia de parálisis cerebral, que ésta puede desarrollarse a pesar de un control y manejo obstétrico adecuados, y que la asfixia perinatal es una condición compleja y mal definida que precisa una redefinición en el terreno de la práctica clínica. Existe, por tanto, la necesidad de divulgar entre los profesionales sanitarios, legisladores y la población los nuevos conocimientos actuales. Éstos indican que sólo un 10%, aproximadamente, de todos los casos de parálisis cerebral se pueden atribuir a asfixia intraparto y que no existe evidencia de que las prácticas obstétricas actuales puedan reducir la presente incidencia de parálisis cerebral1,3-5. Por otra parte, es esencial un mayor rigor tanto en la utilización de la etiqueta diagnóstica de “asfixia perinatal”, como a la hora de atribuir a la misma la discapacidad permanente en un niño. Los términos “sufrimiento fetal y asfixia perinatal” son confusos, mal definidos y se utilizan habitualmente de forma intercambiable. En general, pediatras, obstetras y legisladores creen conocer bien el significado del término asfixia perinatal (“agresión del feto o del recién nacido por déficit de oxígeno y/o de una perfusión tisular adecuada”) y, sin embargo, no disponemos de una definición precisa ni certera de asfixia perinatal. Tradicionalmente, en el terreno de la práctica clínica, la existencia de un episodio asfíctico perinatal ha sido inferido de la presencia en forma aislada o en combinación, de una serie de indicadores clínicos indirectos, como son: líquido amniótico teñido de meconio, alteraciones en el registro cardiotocográfico fetal, acidosis fetal, bajas puntuaciones de Apgar y fracaso para iniciar movimientos respiratorios tras el nacimiento. Sin embargo, estos marcadores tradicionales de asfixia no se correlacionan bien entre sí y, sobre todo, tienen un papel muy limitado para predecir morbilidad neurológica precoz o tardía1,4. Por ello, estos antecedentes perinatales presentan serias limitaciones operativas para establecer el diagnóstico de asfixia, y per se sólo permiten definir una situación de riesgo. Aunque la presencia
Anales De Pediatria | 2007
A.P. Nso Roca; P. García Sánchez; J. Quero Jiménez
Las malformaciones del sistema venoso abdominal son alteraciones vasculares raras. Se asocian a otras malformaciones y, ocasionalmente, se han descrito asociadas a alteraciones cromosomicas como la trisomia 21. Son probablemente las malformaciones congenitas vasculares mas frecuentes en el sindrome de Down. El diagnostico prenatal permite un seguimiento precoz y un tratamiento temprano de las complicaciones. Presentamos un caso de sindrome de Down con una malformacion venosa abdominal asociada, diagnosticada en el primer trimestre de gestacion.
Endocrinología y Nutrición | 2008
S. Ares Segura; J. Quero Jiménez; G Morreale de Escobar
El yodo es un oligoelemento esencial para la sintesis de hormonas tiroideas. La deficiencia de este oligoelemento es especialmente preocupante en el recien nacido, que debe sintetizar suficientes hormonas tiroideas para hacer frente a sus necesidades hormonales, ya que los preparados para alimentacion de neonatos a termino y prematuros no siempre contienen el yodo necesario. En el mundo, la mayor causa de hipotiroxinemia es la deficiencia de yodo, la cual esta reconocida como la causa mas importante de retraso mental y paralisis cerebral prevenible.